Hermanos ante todo y todos

Al entrar a casa e inundarme la oscuridad, Aarón apareció con la mandíbula tensa cruzado de brazos con una linterna señalándome inquisitivo.

- Isabella White – riñó encendiendo la luz.

Caminé hacia el sofá acostándome – Aarón White

Mi hermano mayor de inmediato tomó asiento frente a mí observándome con sus ojos azules escrutadores.

- ¿Quién era?

Me giré a verlo encogiéndome de hombros – Un chico.

- Vale, sí. Eso me fije

- Qué bueno... – comenté mirando al techo cerrando los ojos – si jamás habías visto uno, te recuerdo que tú eres uno. Un chico – aclaré volviéndome a verlo para guiñarle un ojo.

- ¿Por qué te besó?

Resoplé rodando los ojos – No lo sé – alcé los brazos sentándome bien – y no deberías espiarme. Es malo

- No me interesa. Soy tu hermano.

- Aarón, lo sé. Y te quiero demasiado, pero hay límites y entre ellos está permitir que me espíes – aclaré caminando a la cocina seguida de mi hermano para servir algo de comer para los dos.

- Si no lo hago ¿Quién más lo hará? – preguntó tomando un plato que le tendí de espagueti con albóndigas.

- Nadie. No tenemos padres y por ello no tenemos necesidad de soportar eso.

Tomé mi plato y fuimos al sofá, donde Aarón encendió la tv y buscaba alguna película en Netflix.

Al reunirse conmigo en el sofá, me arruché junto a él comenzando a comer al tiempo que empezaba la película. Despues de la mitad de la película, Aarón se removió junto a mí y sonriendo me miró.

- Te felicito

- ¿Por qué? – pregunté llevándome unas palomitas a la boca que preparó Aarón despues de acabar mi plato de espaguetis.

- Por pegarle una cachetada y despues tirarle la puerta en la cara ¡fue fenomenal! – gritó al tiempo que solté la carcajada.

- Me lo enseñaste ¿lo olvidas?

- Jamás lo haré y tampoco lo lamentaré – murmuró mientras me dejaba sumir por el cansancio.

********

Desperté por mi móvil y Aarón como siempre seguía durmiendo con la boca abierta, abrazado a mí.

Me levanté, duché y desayuné mientras mi hermano seguía durmiendo. Finalmente cuando pasé por su lado para irme al instituto, resbalé con una caja de pizza, cayendo al piso con un grito.

De inmediato, Aarón soltó la carcajada muerto de la risa - Hay hermanita... – se sentó girándose a verme – mis afectos siempre traen ñapa. Recuérdalo – comentó entre carcajadas.

Me levanté del suelo enojada y volví a caer, provocando el doble de energía en las risotadas de mi hermano.

- ¿Podrías siquiera ayudar? – farfullé extendiendo la mano cuando se plantó frente a mí.

- Vale, mereces mi ayuda – murmuró para sí.

Tomó mi mano y aproveché para volcarlo al piso y darle un puño en la nariz, rompiéndosela, otra vez. Esta vez la que rio, fui yo.

- Te pasaste, Isabella – farfulló teniéndose la nariz con dolor.

Negué – no es nada. Yo tendré varios cardenales por tu culpa y ahora... – tomé mi mochila del suelo – intenta ir a la universidad así – afirmé saliendo de la casa.

Caminé al instituto, encontrándome en el camino a María.

- ¿Y tú auto? – saludé

- Mi hermana lo usará – se encogió de hombros - ¿Qué tal el juego de ayer?

Me encogí de hombros – nada nuevo...hasta que apareció Danna con el novio y el mejor amigo del novio para "traerme mi cita"

- ¿Por qué?

- No lo sé. Solo sé que al final me besó como despedida – comenté encogiéndome de hombros cuando llegamos a la entrada y apareció Malia.

- ¡¿Qué?! – gritaron al unísono

- Hablamos luego ¿vale? – pregunté saliendo de la situación y de ellas. 

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