Capítulo 24. No hay otra solución

En cuanto amaneció las cortinas de la habitación de Dragos habían quedado recogidas, los rayos de sol entraban y calentaron el rostro de Sophia y le molestó en los ojos.

La noche anterior Dragos la había alimentado con sus sangres varias veces, como si cuidara de un infante que requiere de alimento de cada dos a cuatro horas; no habían tenido sexo, ella quería, pero la verdad estaba débil y apenas Dragos gentilmente la rechazaba, la abrazaba y besaba su sien y ella caía de nuevo dormida.

Sophia se sentó en la cama y acarició la mejilla de Dragos donde le pegaba el sol, estaba dormido y tibio por el calor del sol.

Sophia casi sonríe, pero entonces recordó que los vampiros no duermen.

— ¡Dragos!, hey Dragos.

Sophia lo movió y él no reaccionó, ella le dio golpes en las mejillas, pero era inútil.

— ¡Auxilio! —gritó Sophia.

De inmediato los lobos estuvieron en la habitación e Ivantie, al que no le importó no ser rival para todos los lobos, pero igual defendería a Drag
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo