Sara suspiró, encogiéndose de hombros.
—Al principio, no sabía que era su hermano. Él solo tiene un coeficiente intelectual más bajo, pero es muy perceptivo. Hoy me vio triste y simplemente me siguió, en silencio. No me molestó.
—¿Y fue cuando te vio en problemas en el bar? —pregunté, comenzando a unir las piezas.
—Sí. —Sara apretó sus manos, recordando la escena—. Cuando me acosaban, él empujó al hombre que me molestaba, pero lo golpearon a él. Todo terminó en la comisaría. Los policías llamaron a Ammy, y fue así como descubrí que eran hermanos.
—¿Por eso Ammy te trata mal? —Todo comenzaba a tener sentido.
Sara negó suavemente con la cabeza.
—No lo sé. Él es diferente a ella.
—Es como un niño. No tiene malicia. —Lo admiraba profundamente—. Es noble, puro. El opuesto de Ammy. Era irónico que, a pesar de sus limitaciones, hubiera sido él quien protegió a Sara.
—¿Salió muy herido? —pregunté, preocupada.
Sara bajó la mirada.
—No lo sé. Intenté acercarme cuando lo golpeaban, pero me empujó