Armand Bloom se volvió padre a los veintiún años y se volvió hombre más feliz, porque estaba realmente enamorado su novia. Sin embargo, ella no estaba muy contenta por la noticia y culpó a Armand lo ocurrido. Cuando su pequeña Aurore cumple un año, ella decide terminar su relación, alegando que nunca sería nadie en la vida. Con el paso de los años Armand consiguió levantar la empresa familiar y convertirla en una de las empresas más grandes. Pero para él nada de eso lo hace feliz, porque no puede estar con su pequeña, ya que la madre lo castiga por no querer regresar con ella poniendo trabas para que vea a Aurore. Hasta que aparece Lucie, una mujer que lo ayuda a tener más confianza y a pelear por su hija sin temor a nada, aunque en el proceso muchas cosas cambiarán. ¿Podrá Armand ganar más tiempo con su hija al tiempo que vuelve a creer en el amor?
Ler maisArmand llega como cada día al departamento de su novia, Damiana. Los dos estudian en la Universidad estatal de Los Ángeles, Damiana se está especializando en comunicaciones y Armand en ingeniería, siguiendo con la tradición de su familia.
Mientras espera que las puertas del ascensor se abran, abraza a aquella bolsa que va caliente en donde un pocillo con sopa de pollo reposa, afuera el invierno se está haciendo sentir y eso lo reconforta de alguna manera.
Su novia no se ha sentido bien los últimos días y con aquella sopa pretende hacerla sentir mejor. Pero no es lo único que le lleva, se mete la mano al bolsillo de la chaqueta y aprieta aquel envase, con un cúmulo de sentimientos que lo embargan.
Cuando ingresa al departamento, todo se mantiene en silencio, se va directamente a la habitación de su novia para saber cómo está, allí se la encuentra descansando en la cama, deja a la bolsa en una de las cómodas, se acerca con cuidado a ella, se mete en la cama para abrazarla y darle algo de calor.
Ella abre los ojos con una sonrisa y lo mira a aquellos ojos que tanto les encantan, claros como la miel y con la misma dulzura de ese vital alimento.
—¿Cómo te has sentido hoy mi amor? —le acaricia el cabello con ternura y ella solo se acurruca más en el pecho de su novio.
—Sigo igual, los síntomas no se me han pasado y lo peor de todo es que siento que si vomito una vez más voy a desaparecer.
—Te traje sopa de pollo para que eso no ocurra, Phillipe la preparó especialmente para ti.
—Si Phillipe la hizo, entonces debe estar deliciosa —Armand deja un suave beso en su frente y se pone de pie para alcanzarle la comida, pero antes de entregarle el contenedor, de su bolsillo saca una pequeña bolsita y se la entrega—. También te traje esto.
—¿Qué es? —ella abre la Bolsa, algo emocionada pensando que es un regalo, pero en cuanto ve la prueba casera, abre los ojos y mira a Armand muy asustada—. ¿Insistes en que puedo estar embarazada?
—Llevas casi una semana en estas condiciones y es algo que no podemos descartar. A pesar de que hemos tomado las medidas necesarias para que no ocurra…
—¡No, no la haré! —dice lanzando la prueba en la cama—. Entiende, yo no puedo estar embarazada. Si eso fuera así, ¡imagínate lo que provocaría! Mis padres harían que me regresase a San Francisco de inmediato, no podría terminar mi carrera y sabes cuánto deseo hacerlo.
—Entiendo todo lo que pueda pasar —le dice él acercándose, entregándole la prueba y tomándole las manos para darle seguridad—. Pero no podemos seguir con esta angustia, en verdad me tiene muy preocupado de que ni siquiera los doctores sepan lo que tienes, y como no has querido hacerte exámenes, no podemos asegurar nada, solo hazte la prueba y después de eso veremos qué es lo que podemos hacer.
—Armand, ni tú ni yo estamos preparados para esto —le quita sus manos y lo mira muy molesta—. Desde ya te digo si esta bendita prueba sale positiva, ni sueñes con que yo voy a dar a luz.
Damiana se pone de pie por completo molesta, con la prueba entre sus manos y se mete al baño. Armand se sienta en la orilla de la cama pasando sus manos por el cabello, no deja de pensar en las palabras de Damiana, acerca de no ser madre. Le da terror que quisiera abortar, aunque este no sea el momento, él se ve formando una familia con ella y los hijos son parte de eso.
Prefiere pensar en que debe de estar molesta por alguna otra cosa o, si está embarazada, pueden ser las hormonas las que la tienen así de sensible.
Pasan algunos minutos hasta que escucha el clic de la puerta. Levanta la vista, la ve salir con la prueba en la mano y llorando completamente desconsolada.
—¿Es positiva? —le pregunta nervioso, Damiana solo asiente y él se acerca a ella para abrazarla—. Shhh, tranquila, todo estará bien, sabes que yo estoy contigo. No voy a dejarte sola en todo esto, te prometo que serás una madre fabulosa y yo estaré a tu lado en todo momento.
—Tengo miedo, Armand… Mi padre me lo advirtió, me dijo que si yo me embarazaba iba a retirarme todo el apoyo económico y no quiero terminar como mi madre, como una mujer sola y fracasada.
—No será así, mi amor, yo estaré contigo y haremos esto juntos. Quizás podamos ver la opción de un crédito universitario para que puedas continuar con tus estudios, Para cuando el bebé llegue yo ya estaría terminando mi carrera y después de eso perfectamente podría tornar mente, trabajar y cuidarlo.
—No lo sé, no estoy segura.
—Mira, hagamos algo. Primero tómate esta rica sopa que te traje y después de que estés con el estómago lleno y un poco más relajada, pensaremos que podemos hacer. Solo te pido que no te cierres a la posibilidad de que nuestro hijo pueda nacer.
Damiana asiente para dejarlo tranquilo, pero en realidad en su mente ve una y otra vez la posibilidad de interrumpir el embarazo.
Pero esa idea no es porque no quiera tenerlo, sino que en realidad es por miedo a lo que sus padres puedan decirle y que pierda la oportunidad de cumplir todos aquellos sueños por los que quiso irse a Los Ángeles en primer lugar.
No puede evitar recordar cuando conoció a Armand hace dos años. Es un chico que sobresale en cualquier lugar, no solo por su físico, sino también por su inteligencia, pero a la vez por su sencillez.
Aunque sus padres esperaban que ella encontrase un hombre que le diera una buena vida, libre de preocupaciones y que asegurase el que no tuviese que sacrificarse tanto, ella se había ido a enamorar de un chico que heredará una empresa en ruinas.
Sin embargo, todo eso ahora le parece por completo sin importancia. Una vez más, Armand le está mostrando lo bueno que es, pudo haber salido corriendo, pudo haberle dicho que sí, que se deshiciera de ese hijo porque él tampoco podía hacerse cargo, sin embargo, ya está buscando la opción para apoyarla y hacerla sentir mejor.
Afortunadamente, después que se termina la sopa Armand no toca más el tema, solo la abraza, la lleva a la cama y se quedan allí hasta quedarse dormido juntos. Ya al día siguiente podrán ver qué opciones son las que tienen para salir de aquel problema que se les vendría.
Darle la noticia de que se quedaría con su padre y que tendría un hermanito para Aurore fue lo más lindo del mundo. En su corazón de niña pura y buena, el que su madre tuviese que irse un tiempo por trabajo no le fue difícil de entender.Pero definitivamente esa noche no fue lo más interesante que le pasó a Armand.Lucie le contó cómo fue con la abogada antes de irse, le contó todo lo que Damiana le había dicho, además de entregarle la grabación y de decirle que estaba embarazada.Esa noche para Armand fue la más mágica luego de tantos días de angustia lejos de su mujer, no se limitó a bañarla y darle amor por doquier, también le prometió que muchas cosas iban a cambiar y una de esas era que ya no tendría que trabajar tanto.Lucie quiso protestar, pero cuando le ofreció llevarse a su amiga Jacqueline para que se hiciera cargo de una parte del trabajo, por supuesto que no se lo pensó dos veces.Ahora, Lucie se deja abrazar por su madre, quien será la persona encargada de entregarla en
Los murmullos en la sala se ven acallados con el grito desesperado de Damiana.—¡Es mentira! —el juez llama al orden y le pide a Lucie que continúe.—Ella fue un día a la empresa a buscar a Armand para molestarlo con lo del juicio, pero no estaba así que la enfrenté yo. Allí me dijo que había amenazado a Armand, le dijo que, si no terminaba la relación conmigo, haría todo lo posible para quitarle a Aurore y que no la vería nunca más.«Pero que, si yo me iba, ella le daría la custodia sin poner problemas.—Y usted se fue.—Sí.—Pero ella no se detuvo en sus acusaciones falsas.—Veo que no.—¡Es una maldita mentirosa! ¡Sáquenla de allí…! —grita histérica Damiana.—¡A la única que sacaré de aquí es a usted! —le dice el juez y hace que continúen—. ¿Tiene pruebas de lo que está diciendo?—Sí, yo… yo la grabé, su señoría, con mi reloj —a Damiana se le cae la cara por la sorpresa y la abogada coloca la grabación.—Y no sólo tenemos esa grabación, su señoría, sino también que le hizo al señor
A Lucie se la había tragado la tierra y Armand se resignó a que ella se había alejado, probablemente dolida al enterarse de que está embarazada de un hombre que la ignoró estúpidamente.Pero eso ahora no viene al caso, el juicio ha seguido su curso y ha tomado uno muy oscuro, por cierto. Damiana ha presentado supuestas pruebas en contra de él que lo muestran como un padre descuidado, promiscuo y con serios problemas de responsabilidad.Camina esta vez con su madre al lado, mientras que su padre se pelea con la prensa porque no los dejan avanzar. Es que hasta eso había conseguido Damiana, tirar encima a la prensa para presionar aún más al juez a fallar a favor de ella.—No te aflijas, hijo… tienes que ser fuerte.—Madre, esta es la última audiencia, si no logro terminar con esas mentiras hoy… perderé a mi hija.—Ten fe en tu abogada.—Mi abogada… sólo se ha dedicado a oír cómo me han llamado de todo, sin decir ni hacer nada. Sólo tomar notas y decirme que ganaremos el caso porque tiene
Armand llega a la oficina temprano por completo desorientado, llamó a Lucie para saber de ella, la hora se le pasó en una de las inspecciones y llegó cansado a su casa, sólo quería ocuparse de Aurore para hacerla dormir y que Lucie fuera con él para abrazarla.Sólo abrazarla.Está consciente de que no ha sido el novio más lindo con ella, pero la amenaza de Damiana lo tiene nervioso, la abogada le ha dicho que no debe preocuparse tanto, porque tiene cómo encargarse de ella en la próxima audiencia, pero a Armand no le gusta dejar las cosas al azar.Antes de entrar a su oficina se va a la de Lucie, cuya puerta está abierta de par en par, pero ella no está. Frunce el ceño, vuelve a llamarla y su teléfono vuelve a salirle apagado, lo que hace que se preocupe más. Se acerca al escritorio y ve todas las carpetas y documentos perfectamente ordenadas, cada uno de ellos con notas adhesivas pegadas con instrucciones claras.—¿Qué está pasando aquí? —sale para buscar a la secretaria y la ve llega
Los días han pasado rápido y el humor de Armand no ha mejorado en nada, Lucie ha optado por dejarlo tranquilo, no presionarlo y estar para él cuando la necesita. Se ha metido en el trabajo todo lo que ha podido, de esa manera no se siente tan tonta y sola, pero lo cierto es que eso es lo mejor que siente.Por tercera vez debe correr al baño para vomitar, su estómago no resiste nada y ya tiene una sospecha de lo que es, pero tiene miedo de verificar la respuesta, porque si es lo que piensa… está en serios problemas.Sale para que Armand firme unos papeles, pero la secretaria le informa que no está, suspira cansada de esa lejanía de su futuro esposo y se propone que esa misma noche hablará con él, porque las cosas no pueden seguir así.Si piensa alejarla cada vez que las cosas se ponen difíciles con Damiana, entonces no tiene sentido que ellos sigan juntos, porque no es lo que espera de su relación… aunque ahora es mucho más complicado que eso.Al salir de la oficina se le antoja una ga
Entregados al amor como sólo ellos pueden hacerlo, Armand y Lucie se arman de valor para ir hasta la casa de los padres de él para darles la noticia y para buscar a Aurore.El entrar Lucie, el padre de Armand intenta irse molesto, pero Gloria le da un ultimátum bastante serio: si no apoya a su hijo en su felicidad, ella se irá de la casa. No le quedó más remedio que aceptar su realidad y le tocó mandar lejos a su orgullo.La más contenta es Aurore, quien ve en Lucie la manera para que su padre no esté tanto tiempo solo, aunque ella viva con él, porque por ahora no puede ir a trabajar a la empresa y hacerle más compañía.Así, en medio de toda esa felicidad llega la audiencia con el juez, en donde sólo se tomarán los antecedentes del caso y verán qué camino tomar, si Damiana está dispuesta a ceder en el cuidado de Aurore, además de permitirle ver a su hija por más tiempo.Por supuesto, Armand llega acompañado de su madre y su mujer, las que se quedan sentadas en las sillas para el públi
Último capítulo