- Hice lo que acordamos, Maria Lua: rompí con ella. Ahora me siento libre para que finalmente podamos...
- ¿Estar juntos?
Asintió con la cabeza. Se acercó y me cogió la mano, que estaba vendada:
- Te cuidaré cuando vuelva.
- ¿Dónde te espero? - bromeé.
- ¿Te he dicho que no vales nada, cielo?
- Te lo he dicho... Mil veces. - Me reí.
Theo me besó la mejilla:
- Volveré en unos minutos.
- Para alguien que ha esperado veinticuatro años, ¿qué son unos minutos?
- Una eternidad", me susurró al oído, sonriendo. - Unos minutos siguen pareciéndome una eternidad.
- Te quiero. - parpadeé.
- ¿Puedes repetirlo? ¿Mil veces?
- Sí... Cuando vuelvas. ¡Vete! - Le empujé fuera de la habitación, de mala gana.
Por supuesto que no