Ella sonrió y, antes de que pudiera responder, Theo dijo:
- Es la hija de Bárbara Novaes, así que la pregunta es un poco... Normal -explicó-.
- No creo que vaya a morir. - El médico rió divertido. - Pero me preocupa el hecho de que no pueda mover los dedos.
Me miré los dedos e intenté moverlos, pero en realidad no se movían. Inmediatamente me sentí muy mareada.
- Necesito un antipirético inmediatamente. No reacciono bien a la fiebre. - Le dije claramente.
A partir de ese momento, Theo ya no pudo acompañarme. Inmediatamente después de la inyección, me sentí mucho mejor.
Limpiaron y desinfectaron la herida. Luego vino el traumatólogo a examinarme los dedos. Los analizó a fondo y dijo:
- No creo que me haya roto el tendón. Pero, en cualquier caso, puede haber causado alguna lesión. Lo comprobaremos con un e