Llorar no resolvería mis problemas. Era hora de pensar y poner en práctica un plan. Vivir a merced de maleantes chantajistas no era algo que se me pasara por la cabeza. Aquí Robin tenía razón: ¿dónde estaba María Lua Casanova?
Me dirigí a la tercera planta del hospital y, nada más llegar a recepción, vi a Theo de pie junto a Babi.
- Se... Desaparecido. - Me miró.
Me senté junto a mi madre y le cogí las manos:
- ¿Cómo está papá?
- El médico terminará algunas pruebas esta semana y pronto empezará a examinar a los posibles donantes.
- Yo seré el donante compatible -dije-.
- No tienes su sangre. La probabilidad es mínima. - Theo intentó hacerme daño.
- ¡Theo! - Babi le miró con incredulidad.
Theo bajó la mirada, incapaz de enfrentars