Me enjugué las lágrimas, sintiendo que se me derretía el corazón:
- Sí, todo iba bien, hasta que mamá y yo íbamos por la calle y nos encontramos a un bebé llorando en un cubo de basura... - Me eché a reír.
- Vale, y decidieron recogerlo, ya que tenías muchas ganas de jugar con alguien. - Hizo una mueca.
- Recuerdo que lloraste cuando te dije que... Fui una mala hermana.
- Mamá siempre lo superaba. - Theo se encogió de hombros.
- ¿Te traumaticé?
- Un poco... Me encontré un bebé en el complejo de la papelera. - Se rió.
- Fui cruel. Pido disculpas.
- ¿Te disculpas? Eso sí que me impresiona. Lo bueno es que viniendo del cubo de la basura, siempre supe que no éramos hermanos de sangre. - Me guiñó un ojo.
- Theo, los diarios todavía existen. Y están en ma