Acabo de hacerle un tacto a Lupe, está en dilatación seis, aún faltan varias horas de vuelo.
—Toma. —Patricia me extendió una bebida energizante—. Ya tienes más de treinta y seis horas despierto y no es que la has pasado bailando. —Me le quedé mirando—. No sé ni porque me molesto en estar pendiente de ti.
Se dio la vuelta, la tomé de la mano halándola, la pegué a mi pecho. Estábamos en el cuarto y sin importar que Lupe nos viera, la besé, moría por hacerlo, se demoró en reaccionar, cuando intentó seguirme el beso su lengua suave y cálida rozó mi labio inferior, iba a aumentar el beso, abriendo más su boca para devorar… entonces el grito de Lupe nos alejó. Patricia estaba roja. Necesitaba hablar.
—Si vas a salir con una estupidez, quédate callado.
Y salió del cuarto, Lobo iba dormido, le había puesto un sedante para que descansara estas horas.
—Creo que me oriné, perdón por interrumpir el beso que debiste darle hace tiempo. —sonreí, la verdad se sintió muy suave besarla.
—No te orinast