“No sé dónde ni cuándo, pero volveremos a vernos aunque sea en tus más perversos sueños.”
28 de marzo
Max:
Las horas pasaban relativamente rápido pero para ella parecía que nada cambiaba. Seguí perdida en su sub-consiente y yo comenzaba a desesperarme.
Eran cerca de las 8:30 de la mañana cuando el doctor Corrales entró en la habitación seguido de la enfermera de turno. Ambos me saludaron por cortesía y pidiéndonos a Lissette y a mí que saliéramos de la habitación comenzaron a examinarla como de costumbre. Aunque no logro entender del todo por qué no nos dejan permanecer con ella, pero preferí no preguntar e ir a las bancas del área de espera.
Ayer fue lo mismo, seguíamos cuidando de ella mientras nos consumíamos en la angustia y desesperación. Era agobiante verla en ese estado sin poder hacer nada. Lo único notable ayer fue que nos informaron que estaba asimilando a la perfección los antidepresivos y que eso era una buena señal teniendo en cuenta lo dañado que ha