Kennedy bajó la cabeza y dijo: "Entonces esta es una lección bastante dura para él".
No solo se había roto una pierna y había tenido que ser hospitalizado, sino que además tenía que enfrentarse a una demanda y sus bienes iban a ser congelados.
De repente, Maisie se acordó de algo y preguntó: “Por cierto, ¿la mujer que te salvó esa noche dejó su dirección y nombre? Ella te salvó la vida, así que tengo que agradecerle en persona”.
Kennedy se quedó atónito por un momento. Luego sonrió y dijo: "No, pero también tendré que agradecerle si tengo la oportunidad de volver a verla".
Maisie salió de la habitación después de pasar un rato con Kennedy. Cuando Saydie y ella esperaban el ascensor en el pasillo, la puerta se abrió y la persona que pasó por ella no era otra que Maizie.
Maizie no conocía a Maisie, pero sintió que la mujer parada junto a Maisie le resultaba familiar. La miró dos veces más y de repente recordó algo. Agarró a Saydie del brazo y le preguntó: "¿Eres tú? ¿No eres la subo