“Maisie, crees… ¿Crees que te estoy mintiendo? ¡Te estoy diciendo la verdad!", dijo Linda nerviosamente. No hace falta decir que no podía decirle la verdad a Maisie. Le preocupaba que Maisie no le prestara el dinero si le decía.

"Linda, deberías saber que no me gusta que me mientan. La gente que miente una vez necesita seguir mintiendo para encubrir . Si sabías en qué consistía el trabajo cuando firmaste el contrato, te mereces lo que te está pasando. Si te engañaron, te ayudaré a pagar legalmente la indemnización", dijo Maisie con calma.

Linda quedó devastada cuando escuchó las palabras de Maisie. “Maisie, ¿realmente no me vas a prestar $150,000? ¡Soy tu prima! ¿Qué te importa $150,000 con tu estatus actual?”.

“Plata es plata”. La expresión de Maisie se volvió severa. "El dinero no crece en los árboles. Sí eres mi prima, pero no tengo la obligación de ayudarte. Deberías estar agradecida de que esté dispuesta a prestarte el dinero, y nunca deberías hablarme de esa manera”.

Linda se