—¿Quién es acaso tu señora? —Juan dijo.
—Lo sabrá cuando llegue— respondió evasivamente la mujer.
Juan miró a su alrededor y, de repente, dijo: —¿Y si no voy?
En ese mismo instante, más de una docena de figuras enmascaradas aparecieron a su alrededor, todas con pistolas apuntando directamente a Juan.
—¿Qué pasa? ¿Van a secuestrarme? —Juan, con las manos en la espalda, se mantuvo con indiferencia.
La mujer gritó con gran furia: —¡Malditos! ¿Cómo se atreven a comportarse de esta manera frente a Juan?
—¡Retrocedan inmediatamente!
En un instante, una onda de energía vital emanó de ella, alejando a los hombres enmascarados al instante.
¡Ella había alcanzado el dominio completo de la Fuerza Interna!
Juan la miró fijamente por un momento.
Aparentaba no más de cuarenta años, y siendo mujer, ya había alcanzado un nivel tan alto en la Fuerza Interna.
De repente, Juan sintió un leve interés por la señora de la que hablaba: —Guía el camino por completo.
Poco después, la mujer llevó a Juan a una m