David y los demás no podían creer lo que veían al observar a Patricia, quien se había decidido a capa y espada por apoyar a Diego.
¡Era ella!
La mujer a la que habían insultado antes.
¿Cómo era posible que estuviese en el escenario y tan cerca a Diego?
¿Podría ser que ella era la señorita de los Ares?
De repente, un pensamiento aterrador cruzó por sus mentes.
Como para confirmar sus temores, Patricia en el escenario ayudaba a Diego mientras le decía: —Abuelo, tenga mucho cuidado con los escalones.
Al escuchar esas palabras, las cabezas de David y sus amigos empezaron a zumbar, y sus cuerpos a temblar de miedo.
¡Ella era realmente es la señorita de los Ares!
El rostro de David se volvió pálido, y su cuerpo comenzó a temblar tanto que casi se meaba del miedo.
Finalmente entendió por qué su padre Edgar había sido llevado al hospital; claramente, fue el miedo lo que lo había enfermado.
Miguel y Cristina, por su parte, cayeron al suelo, temblando incontrolablemente.
¡Habían insultado nada m