Capitulo 542
Una piedra por diez mil dólares… No tenía sentido alguno hacer algo así, ¿verdad?

Pero, sin importar lo que la multitud opinara, a Juan no le afectaban sus comentarios. Sonriendo, aceptó los fragmentos de piedra que le entregó el dueño de la tienda, y de todos ellos, tomó aquel que contenía la piedra espiritual.

—Señor, ¿le gustaría abrir la piedra aquí mismo? —preguntó el dueño mientras le entregaba los fragmentos.

Juan no tenía intención alguna de abrirla allí; de lo contrario, dada a la naturaleza de Bruno, seguro surgiría algún problema. No era que Juan temiera el conflicto que se le avecinaba si esto sucediera, pero los problemas innecesarios prefería mejor evitarlos. Viendo que el grupo de espectadores no se alejaba, Juan guardó los fragmentos de la pierda y comenzó a alejarse.

Justo en ese momento, notó que Amapola y su hermano Kevin estaban cerca.

—¡Amapola! ¿Ese no es tu guardaespaldas? ¡Qué risa! Ahora entiendo de quién hablábamos… sólo alguien realmente torpe haría algo así,
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