Alexa Blade sintió que toda su vida era una completa broma. Amo a la persona equivocada, confío en la personas equivocadas y finalmente terminó siendo traicionada por toda su familia. Al final, quién la cuidó Y protegió fue su esposo paralítico, quien había sido completamente ignorado por ella desde que se casaron. Cuando el dolor golpeó todo su cuerpo, y la oscuridad se apura apoderaba de su vista, pensó y deseo con todas sus fuerzas que si fuera realidad como le pasaba a muchas personas de la cual ella habían leído los libros y películas, que después de vivir una vida tan miserable y morir de esa manera tan cruel podría retroceder el tiempo. Si ella pudiera retroceder el tiempo aplastaría a todas las personas que la lastimaron, y mimaría a su esposo, que siempre la cuidó a pesar de que ella siempre lo ignoro. Y haría pagar a cada una, de las personas que la llevaron hasta el final de su vida, que la traicionaron y se burlaron de ella.
Leer más📞 ¡¿Cómo rayos pudo suceder eso?! —, exclamó Damián, apretando el teléfono entre su mano, con ganas de estamparlo en la pared más cercana.
📞 Sí, señor, como le he dicho, la madre de su hijo ha abandonado la clínica estando en labor de parto—, repitió el doctor al otro lado de la línea y Damián se pasó la mano por su cabellera con exasperación. Mientras que su esposa, estando a su lado, le tocó con suavidad el brazo derecho, para que se calmara.
📞 Pensé que su clínica era la mejor, pero ya veo la poca seguridad que tienen—, bramó Damián, desbordando su frustración en el médico, quien, al otro lado, apretó los puños y se mordió la lengua para no defenderse con palabras, y cuando se preparaba para recibir más insultos, él colgó la llamada.
—¡Esa mujer nos piensa estafar!, pero no podrá hacerlo. No se lo voy a permitir, he pagado por su vientre y ese bebé que lleva dentro es mío—, rezongó Damián, ventilando la rabia a través de sus palabras.
—Amado mío, la encontraremos. Ella debe tener alguna explicación para haber puesto a nuestro bebé en peligro.
Su esposa, a pesar de no tener ningún vínculo con el bebé, ya lo consideraba suyo. Como ella no puede engendrar, por amor a su esposo permitió que otra mujer fuera inseminada.
Sin perder tiempo en lamentaciones, Damián se dirigió a la cochera, y se montó en su BMW de última generación. Cuando estaba listo para poner en marcha el vehículo sintió un peso adicional en el asiento del copiloto.
—¿Qué se supone que haces? —, le preguntó a su esposa con voz marcada por la incomodidad y la sorpresa.
—Te acompañaré—, le contestó serena y decidida.
Damián quería objetar, decirle que se bajara, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Había una urgencia en su mirada, un deseo de encontrar a la mujer que tenía a su bebé.
Empezaron a avanzar por la carretera, y el asfalto parecía deslizarse debajo de ellos. De repente, Damián notó algo en su espejo retrovisor.
Varios hombres en motocicletas los seguían, avanzando rápidamente hacia ellos y antes de que pudiera reaccionar, una furgoneta se atravesó en su camino, con agilidad pisó el freno, y el coche chirrió y se culeó, estremeciéndose violentamente.
Su esposa asustada salió del auto, y fue atacada de inmediato por los sicarios. Y él vio cómo caía al suelo, agarrándose el costado.
Olvidándose de todo, él salió corriendo hacia ella, pero uno de los sicarios se le adelantó y sintió un dolor agudo en la zona lumbar, luego otro golpe, y finalmente cayó contra el asfalto, apenas defendiéndose.
Intentó alcanzar a su esposa, extendió la mano hacia ella, pero su fuerza se estaba agotando.
Las figuras a su alrededor empezaron a desdibujarse, y la voz de su esposa se convirtió en un eco lejano e intentó agarrar su mano, pero no pudo, puesto que la oscuridad se cerró sobre él.
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En el hospital.
Damián despertó lentamente, sintiendo la pesadez en su cuerpo y la neblina en su mente. Su conciencia volvía poco a poco mientras se encontraba acostado en una habitación de hospital. Su visión estaba borrosa y su cuerpo se sentía adormecido por los efectos de la cirugía a la que había sido sometido.
Mientras trataba de enfocar su mirada, notó la figura de su suegra sentada en una silla junto a su cama. Su rostro mostraba signos de cansancio y preocupación, e intentó hablar, pero su garganta estaba seca y apenas pudo emitir un susurro.
—¿Y mi esposa, ella está bien? —, preguntó con voz débil, esperando escuchar noticias reconfortantes, sin embargo, en lugar de una respuesta, su suegra rompió a llorar desconsoladamente. Las lágrimas inundaron sus ojos y sus sollozos llenaron la habitación.
Damián sintió un nudo en el estómago mientras la desesperación se apoderaba de él. Gritó con todas sus fuerzas, angustiado y temiendo lo peor.
—¡Dígame que está bien!
Pero la mujer, entre sollozos, negó con la cabeza y apenas pudo articular palabras.
—Damián, mi hija… mi hija falleció —, le dijo con voz quebrada. —Los médicos no pudieron salvarla.
Esas palabras retumbaron en los oídos de Damián, como un golpe devastador que lo dejó sin aliento y la realidad se estrelló contra él con una fuerza abrumadora.
—No, no… No, eso no es verdad —, balbuceó, incapaz de aceptar lo que acababa de escuchar.
—¡¡Mi esposa está viva, quiero verla!!—, gritó descontrolado, sintiendo cómo el dolor y la incredulidad se convertían en ira y desesperación.
Trató de incorporarse en la cama, desesperado por encontrar a su esposa y negarse a aceptar la verdad, pero los médicos y las enfermeras que entraron rápidamente en la habitación le administraron un sedante que lo dejó aturdido y lo obligó a volver a recostarse en la cama. La droga lo envolvió en una sensación de adormecimiento físico y emocional.
Mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, Damián se enfrentó a la devastadora realidad de haber perdido a su esposa.
Su mundo se derrumbó a su alrededor mientras luchaba por comprender y asimilar la noticia, el dolor y la tristeza se apoderaron de él, sumiéndolo en una profunda oscuridad de la que no sabía cómo salir.
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Han pasado varios meses desde la trágica pérdida de su esposa, y Damián se ha sumido en un oscuro abismo de dolor, culpa y lamentación.
Se ha encerrado en su propio mundo, alejándose de todo y de todos. Cada día se enfrenta a una batalla interna, luchando contra la tristeza que lo consume y la sensación de vacío que lo rodea.
Después de una terapia intensiva y un arduo trabajo, había logrado recuperar parte de su movilidad. Camina con cierta dificultad, pero la frustración lo embargaba al darse cuenta de que nunca volverá a ser el mismo, puesto que la pérdida de su amada lo ha transformado en una persona amargada, e incapaz de encontrar la alegría en las pequeñas cosas de la vida.
Encontrándose en una consulta médica el doctor le explicaba cuáles eran los resultados del último examen que se le ha realizado.
—Señor Zadoglu, como le he diagnosticado antes, usted tiene una lesión en la médula espinal—, le informó el médico con seriedad. —Esto puede provocar dolor crónico y dificultades en varias áreas de su cuerpo.
—No hay necesidad de explicarme cuán doloroso es—, respondió Damián con ironía y frustración.
El médico, el cual se ha acostumbrado a la actitud cortante de Damián, solo se hizo de oídos sordos.
—Podrías experimentar una marcha inestable, dificultad para realizar movimientos finos o problemas para mantener el equilibrio en situaciones específicas. Además, existe la posibilidad de que enfrentes disfunción eréctil.
Damián soltó un bufido porque en ese momento lo que menos le importaba era su masculinidad, está tan deshecho que no piensa volver a interesarse jamás en una mujer, debido a que piensa que junto a su esposa murió la esperanza de volver a amar o a experimentar la necesidad de poseer a alguien.
—Dígame que al menos dejaré de sentir este dolor tan incómodo.
—Hay una opción para mejorar su situación, señor Damián. Podríamos hacer otra cirugía, sin embargo, debo ser sincero con usted, existe un riesgo significativo.
—¡No se ande con rodeos y dígame de una vez y por todas! —, exigió histérico.
—Hay un 40% de posibilidades de que te quedes paralítico después de la cirugía—, reveló esperando la reacción de Damián.
El silencio hizo un eco en la habitación mientras Damián procesaba la información y las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos una vez más, mezclándose con la ira y la tristeza que ya lo consumen, viéndose atrapado en un laberinto sin salida.
«¿Vale la pena arriesgarlo todo por la esperanza de recuperar una parte de mi antigua vida?», se preguntó a sí mismo, antes de reír con amargura.
—¡Qué más da! ¡Mi vida está arruinada!
El no confiaba en las palabras de Alexa, estaba absolutamente seguro, que ella no estaba pensando en casarse con él, simplemente era por las obligaciones de su abuela, pero ahora seguro quería darle celos publicando que en ese momento iban a sacar los registros de matrimonio.— Por suerte tengo los registros en casa, ya le avisé a mi asistente para que fuera por ellos y lo llevaran directo a la oficina de asuntos civiles.—Entonces vamos — entrecerró ligeramente los ojos ¡ quería ver cuánto tiempo al Alexa Black podría mantener esta mentira!Al llegar se dieron cuenta de que había muchas parejas, habían decidido venir a la oficina asuntos civiles para registrarse para el matrimonio. Cuando ambos llegaron ya había una larga fila de espera en la ventana de registro.Muchos eran jóvenes en ese momento, los que más se casan eran los chicos jóvenes enamorados y apasionados que se enamoraban de forma ardiente y querían pasar de una al término del matrimonio. Lo malo de eso es que la mayo
— ¿Cómo lo matamos? Tiene que ser indetectable para que ella no pueda sospechar de nosotros. — Tengo un plan — menciona Edgar entrando a la convención también. || Alexa || Cuando regresa al hospital, Liam está sentado en la silla de ruedas mirando hacia afuera. —¿ Liam?—llamo bastante confundida no espero encontrarlo si están aquí pensó que está dormido descansando un poco— quieres salir un poco a comer aire fresco— pregunta acercándose. —¿Vas a salir?— Alicia apareció en las puertas quitándose las gafas de sol preguntó con una sonrisa burlona. — Así que tengo comprometiste con este para... con Liam Russell — menciona con evidente desprecio. — Hablemos a fuera— interrumpe — Liam espérame aquí hablaré con Alicia y James y volveré para que salgamos a pasear. Después de salir ella los mira rápidamente. — ¿ Que hacen aquí?—pregunta con voz fría y desagradable. — Alexa quería verte, hace mucho que no hablamos y me acabo de enterar ¿De que te has comprometido? Yo pensé
AlexaSabía muy bien que este hombre estaba dudando de hacer las cosas bien, si no hubiera sido yo la que estuviera aquí presente, estaba segura de que hubieran dejado pasar en el nombre de Edgar More.Pero pero yo para que esté aquí me dejaré que eso suceda aunque Cómo se mueve este hombre está segura de que echara la culpa toda esa inútil a esas inútiles sirvientas pero aún así claro de que se tendrá que estar cuidando las espaldas de ahora en delante.— Fue la falta de disciplina en esta casa que hizo que los sirvientes actuarán a su conveniencia hicieron tal cosa. Así que haz lo que tienes que hacer oficial—residentes miró a las sirvientas y su mirada de diferencia pero una Clara penitencia. — Llévatelas —rápidamente los oficiales agarraron a las sirvientas y las desposaron todas ellas suplicó entre lágrimas, gritos pidiendo perdón hay una oportunidad de su familia tampoco la haría solo porque fallaron en el momento de deshacerse de Liam.— Bueno si eso es todo nuestro lo retiram
Después de llegar sintió un poco de mareo, no quería que otra vez tuviera un recuerdo tan lucido, como el que tuvo antes. La lluvia de verano llego siempre había aviso. Cuando su abuela la estaba esperando. — Abuela — saludo. — Es bueno que ya estés aquí— menciona con seriedad. —¿ Que sucede?— pregunta. — Tenemos hablar de la situación de Liam Russell En ese momento cuando el auto había aparcado a las afueras de La mansión More, empezó a caer una fuerte lluvia acompañada de fuertes truenos que retumban en el cielo. En la sala de la familia Alexa se reunió con Edgar More el jefe de la familia, un hombre tan enfermamente repugnante que siempre tenías que estar preparado para entrar en sus enredos y se atacado por la espalda ya que así es que ese hombre trabajaba. Él ambiente era frío, como si estuviera e
Temprano en la mañana, cuando eso le estaba saliendo Liam se despertó con la mente en blanco. En ese momento se abrió la puerta y por ella entró Alexa. — Liam ¿ estás despierto? ¿ tienes hambre? ¿Te sientes incómodo en algún lugar? te hice una sopa ligera si quieres comer algo — pregunto con aunque por dentro está un poco feliz, porque vió que aunque el rostro de Liam era serio sus ojos mostraron un poco de confusión al verla allí, pero no eran hostiles, ni enojados solo eran confusos. —¿ Tienes hambre?—pregunta mientras abría la taza de sopa caliente la verdad dejaba un rico olor en el aire. tomo la taza y se dirigió hacia la cama. — Come por favor, dijo que apenas despertaras tenías que comer algo pero para recuperar fuerzas— volvió a insistir con La cuchara frente a su cara. él hacerme por un rato antes de acertar comer no tenía fuerza en los brazos Así que tuvo que aceptar que lo alimentaran. —¿ Que tal?
En ese momento cuando el doctor reviso el cuerpo de Liam encontró muchos rastros de moretones en el cuerpo, se están curando, eran viejos algunas cicatrices que ya se habían arraigado en su cuerpo aparentemente había sido abusado durante mucho tiempo. Alexa que ya había despertado de su ensoñación se dio cuenta que que había alguien en la habitación era uno doctor diferente al doctor Damion, así que rápidamente preguntó por la condición de Liam pero la mala mirada que le dedicó el doctor la asustó¿ Que había pasado? ¿Acaso Liam? —¿ Cual es la relación con él? — pregunto de mala manera —¿ Por qué el paciente tiene una infección tan severa? y ni hablar de la desnutrición, deshidratación y los malos cuidados que han recibido— volvió a preguntar. llevaba muchos años en el ofició. Pero cuando le asignaron ese caso, no pensó que la persona que ocupaba de esa persona tuviera dinero. Es que cuando entro y a la mujer bien vestida, no puede aceptar el hecho de qu
Último capítulo