Joseph Crown perdió a Keyla, el amor de su vida cinco años antes, ni siquiera pudo despedirse de ella, siendo la pesadilla que lo persigue siempre. Volviéndose alguien amargado y que no tiene contemplaciones con nadie. Sintiéndose obligado a casarse por conveniencia con la hija de una de las familias más importantes de la mafia, accede, pues es el bienestar de los que le importan lo que vale. Pero el día llega y esa mañana cuando se prepara, ve a lo lejos a la chef que arregla el banquete, quedandose paralizado porque es ¡Keyla y está con vida! Miles de preguntas lo llenan. No se explica como eso pasó, pero sobre todo duda en casarse. Necesita explicaciones y solo ella se las puede dar, no obstante descubre que no lo recuerda. La decisión de si continuar con la boda está en él. ¿Que elegirá? ¿El bienestar de su familia o averiguar qué pasó con Keyla? Pero un secreto más la acompaña, uno que cambiará todo para los dos. Para todos.
Ler maisUn disparo, sus manos manchadas de sangre, la mujer que amó y lo amaba entre sus brazos, sin vida.
El ruido le erizó la piel y se levantó de golpe, con el pecho ardiendo y una leve capa de sudor cubriendo su frente.Joseph vio la habitación donde estaba y se dejó caer de nuevo en la cama que lo recibió.De nuevo la misma pesadilla, una que por cinco años lo había perseguido y no lo dejaba dormir. Llenó sus pulmones con aire y se frotó la cara, decidió levantarse para ver la ciudad de Manhattan, que de noche adquiría una melancolía que él odiaba.Agradeció cuando la mañana llegó, quedó de reunirse con su hermano en casa de sus padres, al llegar vió a su pequeño sobrino corriendo por todos lados con su hermana y los rottweiler que lo perseguían a modo de juego.Aunque no tenía ánimos para oírlos de nuevo, entró al sitio donde su hermano discutía algo que cuando cruzó la puerta los dejó callados a todos. Definitivamente tenía que ver con él.__ Ya digan lo que pasa y ahórrense palabrería. - exclamó con su típico humor.Leonardo, su hermano mayor defendía que no lo haría tener un matrimonio contractual, pero lo estaban presionando demasiado.__ Ya Leonardo, dime qué ocurre. - se sentó frente a él. Este aclaró su voz y negó.__ Los Duque insisten en que la única forma de unirse y ceder las rutas de Chicago, es que haya un matrimonio de por medio. - los ojos de Joseph se elevaron a su hermano. - Decliné la oferta, no pienso darte una carga así.__ ¿Que tan necesarias son esas rutas? - preguntó.__ Joseph, te dije que...__ Consejero. - intervino en el alegato de su hermano.__ Muy necesarias, señor. - expuso el consejero Ryan. - Con estas tendríamos el control de cinco ciudades, dándonos independencia total.__ ¿Que pasa si no se obtienen? - volvió a preguntar.__ Tendríamos que seguir negociando y quizá ceder algo netamente valioso para los Crown, así confiarán. - dijo el consejero.Se quedó pensativo un segundo. Ganaban independencia, pero él se echaba un matrimonio encima. Aunque las ganancias fueran muy grandes, tenía que perder.Se levantó en completo silencio y pasó el día sin dar una respuesta que su hermano tomó como un no, ya que tampoco le crearía fuerza a ese proceso. En tanto este fue a su apartamento, en donde vio las fotos que tenía de ella, Keyla, la mujer que amó y ni siquiera alcanzó a decirle que amaba.Perdió tiempo. Llenó su vaso de whisky y marcó el número de su hermano, el cual contestó casi al instante.__ Diles a los Duque que acepto. Me casaré con su hija. No está a discusión, Leonardo. Solo hazlo. - dijo antes de cortar de nuevo y revisar algunas de sus inversiones, eso era mejor que estar en estado ausente dentro de su cabeza.Durmió poco, yendo a su empresa a trabajar cuando el lunes llegó. Recibiendo los reportes de ventas en su escritorio, absorbiendo su tiempo hasta que su hermano llamó.__ Los Duque están llegando. - dijo y este comprendió que debía estar ahí.Era su deber por lo que se trasladó a la mansión Crown en pocos minutos. Llegando a la casa donde todos recibían a los Duque, pues aún cuando no estuvieran de acuerdo, serían cordiales.Joseph entró, siendo detallado por Nadia Duque, la chica que celebró internamente por haber logrado el compromiso con ese hombre de mirada atrapante. Fue su capricho desde que lo vió en un evento y le pidió a su padre no aceptar otra cosa que no fuera su matrimonio con Joseph Crown.__ Como es el deseo de mi hija, esto se hará rápido. - dijo Gustavo Duque, el padre de Nadia. - Espero que la cuides y como los tratados de este tipo, esperamos un nieto lo antes posible.La única contenta con ese pedido fue Nadia, quien se le pegó al brazo pensando en que al fin su deseo de ser la esposa de un Crown se había hecho realidad. Joseph solo puso el anillo en su dedo como si fuera algo sin importancia para él.__ Hecho esto, me retiro. Tengo cosas que hacer. - mencionó, su hermano y su cuñada entendieron, sobretodo ella, pues fue amiga de Keyla por muchos años y también sufrió su pérdida.__ ¿Cuando se realizará la boda? - consultó Gustavo. Joseph se detuvo a medio camino.__ Que Nadia lo decida. - en realidad fue lo que menos le interesó, solo quiso quitarse esa respuesta de encima.__ ¿Que tal en dos semanas? - comió ansias porque fuera aceptada, Joseph solo movió la cabeza y siguió su camino, en tanto Nadia estaba por dar saltitos de alegría. Al fin su deseo de hizo real.Mientras tanto Leonardo alcanzó a su hermano y lo acompañó a un casino donde comprendió lo enojado que estaba, pues pudo tener eso antes, pero se lo arrebataron.__ No importa ya. - dijo empinandose la botella de whisky antes de subir al vehículo que lo dejó en su casa de nuevo. Durmiendo lo poco que quedaba para que amaneciera, pues solo así podría verla un poco más.Eso siempre fue lo que intentó, tenerla por más tiempo, ya fuera su recuerdo solamente, pero al fin y al cabo, verla un poco más.Los preparativos se dieron, mientras recibió llamadas de Nadia todo el tiempo para preguntar que quería para ese día, sin embargo contestó igual todas las veces, daba igual.Quería que su trabajo le hiciera desconectarse del tiempo y lo logró, pues cuando las dos semanas pasaron este estuvo frente a un espejo en casa de los Duque, con el esmoquin listo para ese día, la corbata aún no se la ponía, por lo que siguió con su vaso, tenía que creerse que estaba a punto de casarse, algo que asimiló, pero siendo el día ya no conservó mucho interés ver lo que había afuera.Aún así se asomó a la ventana, donde vió la decoración de la zona que los Duque dispusieron para celebrar la gran boda.Una zona gigante donde todos los invitados estaban esperando y comentando que dos familias tan importantes se unirían, algo que Nadia se dedicó a que todos supieran.Las carpas donde arreglaron las mesas para los bocadillos, meseros moviéndose para no cometer errores y no ganar un grito de Nadia o su padre. Volteó los ojos ante tanta perfección en ello.Suspiró llevando el vaso a su boca, en tanto recorrió el sitio donde se casaría en unos...El rostro que martilló su mente por años le detuvo los latidos al hacerse presente en ese sitio.Una chica vestida con su uniforme de chef se dió la vuelta a tiempo que este la miró, creyó haber visto mal o que el licor le hizo una mala jugada, pero cuando apretó sus párpados para quitar la alucinación, ésta siguió ahí...era ella...¡Era Keyla!¿Que tan peligroso era un Crown? Desde años memorables la mejor manera de atacarlos siempre fueron diferentes, tratando de cubrir partes de ellos que no pudieran defender. Pero ninguna funcionó para desestabilizarlos tanto como para hacerlos perder definitivamente. Al menos no de forma letal. Pues Sara pudo caer rendida ante los brazos envolventes del hombre que mostraba su posesividad sin problemas. A ella le gustaba verlo tener ese miedo a perderla, aún cuando no pasaría, pero eso era algo tierno en un hombre que jamás se dejaba intimidar de nadie. Keyla por su parte, tenía una afición muy grande por los besos y caricias ligeras o demandantes del sujeto que pidió su mano para llevarla a la pista de baile y presumir que su esposa solo tenía ojos para él, aún cuando otros buscaban su atención. Aarón y Luisa no dejaron de verse con ese inmenso amor que nació, estuvo en pausa y tuvo su continuación cuando ambos supieron volver al otro. Marcelo a un lado de su mujer, solo admiraba
Ver a sus hijos dormir plácidamente, ir a reuniones del colegio del mayor de ellos o ir a mostrar el apoyo en competencias escolares, oír a su esposa hablarle de cosas simples como la compra de algo en el camino, solo por que le gustó o su trabajo en el laboratorio, como también sus reuniones con grupos, debido a su cargo de primera dama. Todas esas cosas eran el día a día Marcelo con su familia. Cotidiano y simple, pero único para él, quien no quiso perderse nada, pues el tiempo volaba y sus hijos ya contaban con seis semanas y para él seguían viéndose como el primer día. Siempre se verían así. A lado del otro, vió a ambos dormir, con sus pijamas y la mata de cabello castaño, mientras su pecho se movió con cada respiro. Era maravillosa la forma en que parecían disfrutar de eso y lo mejor del caso, era que luego de comer, era lo único que hacían, dándole así la oportunidad de verlos por más tiempo. __ Entonces la cena benéfica será en dos noches. Así no interfiere con tu videoconfe
La reunión llegó, una donde el acuerdo no se diera por medio de una bocina que les impidiera verse las caras para demostrar que no había temor por ninguna parte. Afuera se veía la tensión que cubrió el edificio entero. Vehículos se detuvieron, de los cuales bajaron los sujetos que parecían un muro alrededor de Leonardo. Desde que entraron se dieron cuenta de la seguridad que pusieron en cada rincón del lugar. Una fortaleza cuasi perfecta para dejar ver que no porque los Crown dominaran la ciudad entera, significaba que los Bassett estuviesen indefensos. El concejo se hizo presente ante ellos, cinco hombres con la mirada fija en los Crown. Esperando el mínimo indicio de no poder cumplir con el acuerdo, para desatar una guerra en su contra.Cárter Bassett fue el primero en asomar, con la mirada puesta en Leonardo, quien permaneció sin inmutarse, aún sabiendo que todos querían matarlo. Cole apareció junto a Grayson, siendo ellos los últimos en sentarse. En lo que Adrián solo vio a los
Los diarios se llenaron con la noticia del nacimiento de dos pequeños Crown más, los cuales llegaron para afianzar el amor de la feliz pareja que no dejó de ver a los dos seres hermosos que dormían a lado de la madre que pasó la yema de su dedo por la curva de sus narices.El intenso pero agradable olor que emanaron inundó su nariz y la hizo inhalar mucho más. Ese aroma solo lo sintió con Johan cuando nació y lo tuvo pegado a su pecho todas las noches, siendo esa la única forma en que podía dormir y permitirle a ella hacerlo. Todo había cambiado con ellos. Mientras con su hijo mayor tuvo que estar en precariedad, ahí se encontraba con todas las atenciones posibles, como si quisieran retribuir todo lo que había pasado con la antigua experiencia. Incluso el pequeño Johan parecía dispuesto a eso, queriendo no hacer ruido cuando llegó y caminando de puntillas, logrando la risa que desencadenó una acción tan inocente. __ El baño está listo para...Johan se llevó el dedo a los labios, si
Pese a los días ocupados que comenzó a tener, Gálata siempre tuvo el tiempo de quedarse solo sintiendo las patadas de sus hijos cuando se volvían locos, más cuando Marcelo se hacía presente en el lugar. Como si reconocieran quien era, desde que comenzaron a moverse, no pudo detener la aceleración que ocurrió en su abdomen cuando el gobernador aparecía por la puerta. Para él ver el crecimiento de sus hijos día con día fue una experiencia que no quiso perderse, por lo que sus días desde que tomó el mando de dicho cargo, siempre fue junto a ella. Desde que comenzó a hacerse visible el embarazo, Gálata no solo era vista con el amor que este jamás podía disimular, sino con una fascinación por como adquirió una belleza única en esa etapa también. Su estilo no lo perdió nunca, pero sus ojos si tenían ese brillo excepcional que dejó claro la ilusión que le hacía conocerlos. Más cuando iba a recoger al pequeño Johan al colegio, este siempre depositaba dos besos en su abdomen.__ Uno para ca
La respuesta de lo que haría Marcelo la estaban esperando. Todos en la familia se encontraban ante la expectativa que este debía resolver para ellos. Ya solo faltaban dos semanas para la llegada de las elecciones y de retirarse, prácticamente estas se harían por mero protocolo, pues no había competencia en un solo candidato. O podrían tomarse más decisiones con respecto a lo que podría pasar. Las noticias se inclinaron sobre que fugarse fue la única opción para César Bari, repugnando por completo su nombre, como también todo lo que representaba. Por lo cual Braulio solo esperó paciente a la llegada de su hijo, de quién le avisaron que su auto se aproximaba a la mansión Crown. Leonardo siguió peleando con la niña que le gustaba verlo discutir que no le picaría galletas, para al final terminar cayendo en la mirada que está ponía para lograr lo que fuera de él. Anthony junto a su madre se rieron de ellos dos. Siempre era lo mismo con sus discusiones y sabían que jamás cambiaría tal
Último capítulo