Narra Katherine.
-El sentimiento que está en tu pecho ahora, también lo sentí yo, Katherina, podemos con eso hija, lo prometo - la miro a los ojos desde la cama mientras junta nuestras manos, se que ve en pánico en mi mirada, no por mí, por mi hijo.
-No conozco a esas personas o sus tradiciones, pero debes decírmelo ahora madre, ¿Ellos serían capaces de quitármelo?- quito mis manos de las suyas y las pongo en mi vientre.
Mi madre no acepta o niega, pero el sonido de la puerta abrirse le da fin a nuestra conversación, nuestras miradas se concentran y vemos una silueta que nos tenza a ambas.
Puedo respirar cuando miro su rostro, Edward aparece por la puerta y nuestras miradas se conectan, Edward no espera más tiempo para abrazarme y mi madre se aleja para darnos espacio y mirarnos desde el fondo de la habitación.
-Haz quitado un millón de años de mi vida, Katherine- quito sus mechones rebeldes de su frente y niego.
-Prometo devolverlos todos- su cuerpo cae con cuidado sobre mi pecho