ELISA 03

Cap. 3 "Experto en emociones humanas... "

Amanecí con un gran dolor en los músculos de las piernas y brazos. Estoy acostumbrada a que me duelan, pero hoy si no quiero ni moverme.

Han pasado unos días desde ese beso. Y Astor ha dejado en claro que jamás estaría con una "barbie" como yo. Que le ofendía tal rumor.

Ayer viernes, tuvimos una fiesta pequeña. Entre nuestro equipo de Vóleibol. Tomé un poco la verdad, soy más de agua.

Toda la semana la entrenadora nos ha matado con el entrenamiento. En unos días tendremos nuestro primer partido, los americanos tendrán su partido el lunes. Tenemos toda la atención del director puesta en nosotros. Se nos ha criticado como universidad, el que ningún otro deporte participe algún otro equipo de nuestra universidad.

Me levanto de la cama solo en lencería que tengo puesta. Y es que, mi gran y quizá, tonto secreto, es que soy una jodida adicta a la lencería. De todos tamaños y colores, con transparencia y encaje.

De alguna manera sentirme sexy, hace que mi autoestima suba hasta el jodido cielo.

Ayer que llegué, como estoy sola en mi casa, solo me quite la ropa y me dejé caer en el sofá de la sala.

Al entrar a mi baño, termino por quitarme las prendas que cubrían las partes más importantes de mi lindo cuerpo, para poder darme un relajante baño.

La Tina ya estaba lista para recibirme. Con un chongo en la cabeza, mi celular en la mano, entro en la Tina.

Entro a mi i*******m para ver que había de nuevo. Me llamó la atención una foto que subió la universidad, donde nos ha tomado fotos, a nosotras y a los de americano. Son como 8 fotos, deslicé para ver todas las fotos y la última foto estaba el poderoso Mikkel Astor.

Mikkel Astor se encontraba corriendo con el balón pegado a su gran cuerpo. Su pelo caía en la cara, los músculos de sus piernas se remarcaban en su uniforme de entrenamiento. De sus brazos unos tatuajes se dejaban ver.

—Maldito egocéntrico —murmuré mientras miraba atentamente esa jodida foto.

Regresé a la segunda foto, donde aparecía yo. Recibiendo la pelota, en posición.

—Maldita sea, ese idiota sale mejor que yo —dije comparando nuestras fotos. 

Mis piernas se veían super grandes y sin forma, mi pelo húmedo y bañado en sudor, mi cara roja. Nada salía bien en esa foto, ni el balón, puesto que salió borroso.

(...)

—Aún no logro entender porque surgió ese chisme, porque tú entre todas las lindas mujeres que hay en la universidad —dice Violeta con gracia.

—No seas tonta —le doy un sape— Astor debió haber inventado ese chisme para atraer mi atención

—Lo dudo mucho —me responde— Astor se ha encargado de dejar en claro que es mentira y que no está en absoluto interesado en ti.

Observo a Violeta con una mirada mala.— Si Hunter se rindió ante mis encantos, Mikkel Astor no sería la excepción. Podría hasta apostarte que al final del mes cae por mi.

—Acepto —dice Violeta— te apuesto un favor, el que sea. El que yo quiera o el que tu quieras, si es que tu ganas.

Trago saliva. Porque siempre soy tan habladora.— Mmm no lo sé, oye sabias que Hunter vino a mi casa el otro día? —Intento cambiar el tema

—Ese idiota hace más cosas por ti que cuando estaban juntos, los hombres son unos tontos. 

— Es lindo, pero no volveré a sus redes. Hunter es un pasado pisado —sonrío victoriosa por hacer que Vio olvide lo que dije hace un momento 

— ¿Lindo? —rie de forma amarga— lindo se vió en aquel video, lo viste tú, lo vimos todos. 

— Es cruel que lo digas de esa forma. 

— No, no es cruel que yo como una amiga te diga lo que pasó y te recuerde para que no caigas de nuevo. Lo cruel fue lo que Hunter hizo, eso si. 

— Tienes razón, por eso te quiero mucho. 

— Ya lo sé, mujer de ropa bonita... ¿Por cierto, quién habrá inventado ese rumor de Astor y tú?

—A decir verdad, yo sé quién inició ese rumor —Finjo una tos falsa— pero no te diré quién fue.

—¿Fuiste tú, verdad? 

—Claro que no —miento— pero no te diré quién ha sido, me hizo jurarle que no le diría ni a mi mejor amiga

Violeta me miró extrañada. Y se veía que aún no me creía.

Me levante del sillón, para ir a la barra de la cocina y tomar mi botella de agua.

—¿Te hiciste otro tatuaje? —me pregunto Violeta.

Mire hacia mi pierna, y noté que mi short se había levantado, dejando ver un nuevo tatuaje que me había hecho hace unas semanas.

—No es nada —respondo restando importancia

— "No es nada" —repitió ella no muy convencida— ¿Cuándo lograré que vayamos a platicar con un experto en emociones humanas? 

— Cuando algo grave pase, esto no es nada —repetí. 

Violeta asintió no muy convencida — Pensándolo bien, Mikkel Astor y tu, Elisa, no harían tan mala pareja.

(...)

Estamos en un antro. Está cerca del campus de la universidad y debido a eso suele estar lleno de gente conocida.

Después de la platica con Violeta, de hacerme recordar mi pasado, no podía quedarme en casa. En esos casos, yo hubiera llamado a Hunter, y si, hubiéramos terminado follando, esa era la forma en la que Hunter me ayudaba, supongo.

Mantenía en secreto los pequeños tatuajes que tenía escondidos, entre mí linda ropa. Era parte de mi feo pasado, y se mantenía ahí para recordarme algunas cosas.

Como por ejemplo, los hombres como Mikkel Astor pueden llegar a ser la peor basura humana.

—Deberíamos ir por unas bebidas —me dice Jenny— Ve directo a la barra, yo iré a hablar con Jhon.

Abro la boca sorprendida— ¿El jugador del equipo de fútbol americano? 

—Sé que es un mujeriego, de hecho no busco nada serio con el, pero quiero estar en su... —no pudo terminar porque Jhon la sujetó de la cabeza, atrayéndola hacía el, para así zamparle tremendo beso

Sin decir más, decido ir a la barra. No tengo idea si hoy vengo con la decisión de emborracharme o no, pero sea lo que pase, espero disfrutarlo y apagar los malos recuerdos que esta vida me ha dado.

—¿Qué deseas, mi amor? —Fede, el barman, me habla coquetamente, a esto estoy acostumbrada. Fede es un chico que conozco desde hace meses

—Supongo que una cerveza, por algo debo empezar —Le respondo fuerte, para que me oiga a pesar de la música.

Fede asiente, solo pasan unos segundos hasta que trae mi cerveza. Le doy un trago, siento lo amargo de su sabor recorrer lentamente toda mi garganta.

Me giro, dando la espalda a la barra. Y observo todo lo que hay a mi alrededor. A decir verdad, esto no es mi sitio. Pero cada vez que me quiere dar un bajón, es el mejor lugar para olvidar.

Suena alguna canción de bad bunny, y hay una pareja que en serio llama la atención de todos. La chica restriega su trasero al joven y este mueve sus caderas.

Trago saliva al ver que es el idiota de Hunter. 

Supongo que debo ser la persona con la peor suerte del mundo. ¿O será a caso el destino que quiere que vuela con él?

No. No.

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