ELISA 02

Cap. 2 "Los rumores dicen..."

 

Falté a mi ultima clase, pero de igual forma tengo que regresar a la universidad en tres horas para el entrenamiento. De una forma o de otra, el director nos va a meter presión, ya que el nombre de la universidad no debe caer, después de todo es famosa por los deportes.

Después de la escena que hice, no pude quedarme en el campus. Sé que los rumores se van a esparcir como pan caliente y cuando lo haga, prefiero no estar allí.

El sonido de mi celular me saca de mis feos pensamientos— ¿Dónde estás, Elisa?

Es Violeta— En casa, no me sentí bien después de hablar con Hunter —miento

—¿Qué te dijo ese idiota? —contesta molesta Violeta— Lo voy a matar, no tiene vergüenza.

—No fue nada —me apresuro a decir— Voy a descansar para asistir al entrenamiento al rato

—Antes de que me cuelgues —dice Violeta— Me explicas por qué están diciendo que Astor y tú son novios, la entrenadora va a matarte si se entera que estás distrayendo al mejor jugador que tenemos.

—¿De qué hablas? —finjo no entender a mi amiga— Yo nunca he cruzado palabras con Astor —no era mentira, nunca le he saludado, bueno era una mentira pequeña— Además yo soy la mejor deportista de este lugar.

—Karla y Jenni han dicho que los vieron dándose tremendo beso en el pasillo, Elisa —responde en un chillido Violeta— No me trates de engañar

—No miento, sabes que yo con Astor jamás —me apresuro a decir— Estoy saliendo de una relación, por dios, Violeta. Están todos locos.

—Esta conversación no acaba aquí —dice no muy convencida— Tengo que entrenar, aunque no quiero ir. La entrenadora nos va a matar por no llegar a las nacionales —se queja

Todos los entrenadores están como locos sobre este tema, ha sido el peor año de esta universidad. 

—Ánimo —le respondo dulcemente— Adiósssssss

Por dios, solo ha pasado como una hora desde que hice eso. Y ya el rumor ha llegado a media universidad.

Al parecer todos los que no pasaron a las nacionales, sabemos porque fue. Si un chisme asi les interesa más que entrenar.

(...)

Con mi ropa deportiva puesta. Mi mochila lista, y mi cabello en una cola alta, salgo de casa. He salido treinta minutos antes, para irme caminando y así mi cuerpo comience a calentarse.

Tomo mis audífonos, y presiono mi lista predeterminada.

Son las 3 de la tarde. El sol está en su punto, yo no entiendo porque el entrenamiento nos toca a esta hora. En serio, a esta hora me da mucha flojera hacer esto, pero tengo que hacerlo.

(...)

El entrenamiento se lleva a cabo de manera normal. Inclusive en vez de ser solo dos horas, nos dejan una hora más con las retas. Así que ahora que finalmente se ha terminado, ya son las 6:30 de la tarde. No tarda en oscurecer.

—Elisa, quiero hablar contigo —dice la entrenadora cuando ya estaba tomando mis cosas para irme— Las demás chicas ya pueden irse.

Me siento en una de las bancas y espero a que las chicas se vayan.

Diablos, ya es tarde y yo me regreso caminando, la entrenadora todavía me dejará salir más tarde, que le pasa? Me voy a enferma si la brisa fría me toca.

—Elisa, sé que eres una chica dedicada, de eso no tengo duda —empieza la entrenadora— Pero el director me ha pedido que hable contigo.

—¿Sobre qué? —respondo realmente confundida

—Me pidió que te dijera que dejaras entrenar al joven Astor. Todos tenemos esperanzas en él, para que haga ganar al equipo y empezar una relación ahora... A mitad de temporada sería fatal —me explica la entrenadora

—Sigo sin entender —me hago la loca— No me diga que creen en los rumores de que Astor y yo nos besamos en quién sabe que lugar —me hago la ofendida— No sabía que los profesores participan en rumores. Me parece que solo se preocupan por él. 

—¿No es verdad? —Pregunta sorprendida, yo niego con la cabeza— Discúlpame, ahora que lo pienso tiene lógica, Astor y tú son totalmente diferentes, por donde se le vea no es creíble el chisme, verdad? Lo siento, es solo que el director está un poco estrenado, supongo que me lo exigió sin pensarlo. 

—Así es entrenadora, además los de americanos no son el único equipo que no debe distraerse. Nosotras también hemos llegado a las nacionales, no podemos distraernos durante la temporada —Me levanto de la banca, tomo mi mochila— Ahora si, tengo que irme, me voy caminando, así que debo apresurarme antes de la noche caiga

—Es cierto —dice mi entrenadora— Ya recordé porque te elegí de capitana, Elisa —me dice con una sonrisa— Por favor, váyase con cuidado 

Asiento, camino a la salida mientras me coloco los audífonos. Checo la hora en mi celular mientras busco mi lista de música, y ya son las 7:05pm. 

—Debo caminar rápido, si no quiero tener un incidente con algún borracho de la ciudad —pienso 

Debo cruzar el estacionamiento. El sol está ocultándose ya. Oigo unos gritos,  sé que el equipo de americano está entrenando aún. 

Sin pensarlo demasiado camino hacía las gradas. En las gradas hay unas personas, la mayoría mujeres. Me siento alejada de ellas. 

En el campo se encuentra una feroz batalla. Los hombres se encuentran en su estado natural, salvajes. Como bestias, sus grandes cuerpos sucios y sudorosos. Con sonrisas en sus rostros. Como unos completos animales. 

Astor se encuentra serio,mientras camina a tomar agua. Sé que aún no ha notado para nada que me encuentro aquí. Parece que va a tomar un descanso, asi que sin pensarlo demasiado, decido bajar. 

Acercarme a él hace que mi pulso se acelere. Es que es un hombre en todo el sentido de la palabra, ni siquiera he podido sacarme de la cabeza su olor, hielo fresco. 

—Astor —le llamo cuando se ha dado media vuelta— Astor, espera —repito 

Astor voltea verme con cara de pocos amigos, le sale de manera natural — Ya me robaste uno, no vengas por otro, loca. 

Hago una mueca— Sobre eso, quería disculparme, les he dicho a todos que es mentira. 

—Qué bien —me responde serio— mancharía mi reputación de chico malo si se enteran que en verdad besé a una barbie —termina diciendo barbie como si de un insulto se tratara 

—Bien —respondo secamente— También se mancharía mi reputación, si se enteran que es verdad, después de todo, siempre me han dicho que tengo buen gusto en chicos —sonrío 

Astor se rie de lado, levantando solo la comisura de labio. Parecía que diría algo, pero solo me observó unos segundos, para dar  media vuelta y volver a su entrenamiento. 

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