YO EN MODO: ¡MALDICIÓN!
¡Maldición!
Reacciono cuando siento un fuerte dolor en mi espalda y cabeza, me he caído de la cama y me he golpeado, lo que me faltaba, teniendo en cuenta que me duele hasta el último músculo de mi pobre cuerpo, por la noche movida que tuve.
— ¡Maldición! — Son los ocho y treinta y cinco de la mañana y voy tarde a la estúpida reunión con Devereux. Esto es literal, comenzar el día con el pie izquierdo, porque no solo voy a llegar tarde, sino que también voy a verle la cara al idiota, a tan tempranas horas de la mañana.
Odio la alarma de mi teléfono, no ha sonado y ahora tengo que correr. Aunque, en realidad, no recuerdo haberla encendido.
Igual todo es culpa del idiota de Devereux, solo a él se le ocurre programar una reunión a horas, como si la gente no durmiera. ¡Solo