Capítulo 5

— ¿Hablas en serio, Thiago?— Pregunté una vez recuperada mi respiración

— Jamás le mentiría a esos ojos café — Respondió

— No estoy a tu altura - Dije persuadiendo la fiabilidad de su respuesta

— !Eso qué importa! Pensar en eso es casi una blasfemia, cuántas mujeres andan por ahí dispuestas a mí pero por mi dinero ¿Qué sentido tiene eso? Ya no lo quiero, lo vivo desde mi hogar, no necesito eso, Lisa, solo lealtad ¿Quieres someterte?

Escucharlo me generó tantas dudas, que en cambio de comprobar lo que deseaba en cambio me sentía más confundida, por lo cual solo pude añadir — ¿Someterme a qué?

— A este juego

—¿Juego?

— Sí, el jugo de la lealtad, que suele ser muy peligroso

— Yo no me fijé en ti por tu dinero - Agregué como si me estuviera preguntando eso

— No hablo de dinero, sino de cuánta lealtad podrías ofrecerle tú, a este pobre hombre rodeado de mujeres que quieren aprovecharse de él — Comentó con sarcasmo

— ¿Es necesario mencionar irónicamente "mujeres"? Eso es algo de lo que estoy clara — Le dije frunciendo el ceño

 — Lealtad, señora Lisa, lealtad pido, no me interesan esas otras mujeres similares a mi esposa ¿Puede darme eso? — Continuó con su sarcasmo gracioso

— No te estoy entendiendo — Dije confundida

 — Que necesito de ti solo lealtad, he descubierto que tu corazón es noble, que eres bondad y amor, quiero eso de ti ¿Quieres entrar en mi juego?

— Estoy embarazada y tú estás casado — Volví a repetir porque no quería enredarme más de lo que estaba ni llenarme de más ilusiones y sentía que esto ya estaba llegando demasiado lejos

— Poff — Dijo en un suspiro! Los malditos obstáculos! ¿Pero tú qué quieres Lisa, por qué entonces me miras así y me correspondes el beso?

— Porque soy bondad y amor, paz y tranquilidad — Agregué riéndome

— No, muñequita, de verdad ¿Por qué? ¿Cómo es que tienes la capacidad para hacerme sentar aquí en un parque que ni siquiera sabía que existía?

— No te he obligado, tú has venido

— Por lo mismo, Lisa ¿Qué me hiciste para que yo te siga?

— No lo sé, Thiago, ni yo lo entiendo ¿Qué está sucediendo?

— Que me tienes loco, cuántas veces debo repetirlo

— ¿Y tu esposa, Thiago? — pregunté con seriedad

— No me ama ni yo a ella, eso es solo una ironía, un matrimonio por complacencia social, porque quizá antes de fijarme en su posición económica y pensar en el qué dirán debí haber conocido su corazón frío, ególatra, tan incapaz de dar amor

Su expresión fue lastimosa, vi en su mirada cómo se apagaba el brillo, y la respiración denotaba lamentos que me calaron significantemente el corazón

— No eres feliz, Thiago — Dije en un suspiro

— Estoy metido en una jaula de oro que ya no quiero, deseo solo ser libre, que alguien al fin me mire con amor, como tú lo haces, como lo hizo mi madre alguna vez

— !Esmeralda no lo ha hecho nunca, acaso! — Comenté con asombro

— Solo ve con amor lo que poseo, mi fama, mis autos, todo lo que se compra con dinero, y por más que he intentado meterme en su corazón de hielo, solo me lastimo

 Lo que decía era tan íntimo que empezaba a intrigarme, aquel hombre fuerte y déspota que se mostraba en la empresa no era ni la sombra del que tenía ante mí, era increíble cómo el destino nos situaba en un lugar tan neutro, tan distinto a él, tan cercano a mí, me quedé pensando y él me interrumpió

—¿Quieres ser mi refugio en este desierto? — Preguntó

— Tengo miedo, Thiago — Dije a media voz

 — No hay que temerle a nada, solo a la infelicidad

— Ya la conozco — Añadí

— Prometo no herirte

— Pero si apenas me conoces — Comenté y reflexioné en que aunque mis respuestas eran muy ambiguas o tal vez casi como el reflejo de un no, debía mantenerme firme en mi postura, pues debía valorar bien la situación, ya bien Hugo lo había dicho, hombres ricos y millonarios eran peligrosos, y no podía permitirme entrar tan fácilmente en su juego como él casualmente lo había llamado, aunque por dentro me estuviese muriendo de ganas de besarlo, ya me había dejado llevar lo suficiente en los días anteriores

— Desde que llegaste a la agencia vi en ti lo que ya he mencionado Eres una caprichosa, que quiere que repita una y otra vez lo mismo

 — No, no es eso, solo no comprendo qué es lo que quieres — Dije

 — Sé mi refugio, Lisa, solo eso, no me importa si estás embarazada, ni tampoco me interesa respetar mi matrimonio que al fin de cuentas es solo un contrato, ella ni siquiera me respeta a mí, él día que llegaste a mi oficina después de la lluvia, supe que se había encontrado con un hombre mayor en Nuevo León, y yo sufriendo porque la mujer que contraté para que me alquilara su vientre no logró la fecundación, Esmeralda es solo eso, una piedra preciosa sin alma, no le interesa lo que quiero ni cómo me sienta - Explicó con tranquilidad o como si yo fuese alguien en quien podría confiar

— Qué terrible! Quisiera decirte muchas cosas, pero no la conozco — Dije algo temerosa

 — No te miento, Lisa, tampoco es mi intención hablar mal de ella, pero es la verdad por eso justo ahora prefiero estar aquí contigo y no en casa, donde todo lo que hay es vacío

 Era capaz de percibir la sinceridad en sus ojos y en su forma de dirigirse a mí, lo sentí tan desolado, tan falto de amor, pero a la vez era como conocer al verdadero Thiago, al frágil, al humano que más de ser un millonario era un hombre como todos, débil y que al final de todo tenía sufrimientos igual que yo, todo eso me dio la suficiente confianza para preguntar más cosas sobre él

 — ¿Y tu familia?

 — Soy hijo único, mi padre murió cuando yo estaba pequeño, tendría 8 años para ese entonces, desde ahí su agencia pasó a mi nombre, mi madre murió cuando cumplí 20, justamente el día de mi cumpleaños, fue por eso que me casé con Esmeralda, pues fue el último deseo de mi madre; me casé dos días antes de su muerte, ella no quería dejarme solo y pensó que como Esmeralda era la hija de su mejor amiga, podría ser la mujer idónea para mí

 — ¿Entonces no tuviste una relación previa con ella? — Lo interrumpí

 — No — Respondió en seco

 —¿O sea que tú no la elegiste?

 — Éramos muy cercanos por la relación de nuestras madres, y de cierto modo ella me atraía por su físico, deseos estúpidos de hombres

 — Qué terrible -Volví a decir porque en verdad estaba asombrada — conocer a Thiago de esa manera tan íntima me tenía más confundida ¿Por qué me cuenta estas cosas? Pensaba

 — Sí, en verdad, muy terrible. Ella se casó por mi dinero, pues su familia estaba en la ruina y sabía que podía darle todos los lujos que le encantan y yo me casé por cumplir con la última voluntad de mi madre, quién no quería que me quedara solo como si fuese lo más cruel en la vida, ahora pienso que eso hubiese Sido lo mejor, porque podría tenerte y tú podrías verme sin miedo -Dijo acercándose más a mi cara

 Escucharlo me estaba asfixiando, una parte de mí me obligaba a creerle y la otra me hacía negarme ante cualquier ilusión -No te tengo miedo a ti, sino a lo que puedo sentir - Dije nerviosa

 — Solo sé mi refugio — Comentó entre susurros como un ronroneo en mi oído y continuó

 — Un refugio oculto, Thiago — Contesté casi entre lágrimas

 — ¿por qué? — Preguntó clavándome los ojos con furia y se apartó

 — Porque estás casado ¡Maldición! Por la razón que seas, estás casado, yo no soy de tu clase y pronto tendré un vientre hinchado que cualquiera sabrá que es un embarazo, jamás podríamos estar juntos en público y no quiero eso — Le grité

 — Sí, juntos aquí en donde nadie de tu clase te está viendo, no quiero ser un juguete más en tu colección, Thiago, tampoco quiero herir a tu mujer que aunque bien esté casada por dinero contigo es quien tiene el puesto de esposa y yo no pienso ser tu amante — Contesté más molesta y hasta olvidé cuando quería separarlos, todo ahora era más abrumador

 — Mi refugio, Lisa, mi refugio, no mi amante, anda solo dame un beso con esos labios rosa y pequeños — contestó como si lo que decía no importaba y otra vez se colocó frente a mí con esos sus ojos que eran como bala en mi pecho

No sabía cómo actuar ante aquel hombre que desde antes me tenía loca y que ahora tan cerca de mí me llenaba de tanto miedo y confusión. 

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