Por Solange
Jamás pensé que Emanuel me tendría en la mira para sus estúpidos objetivos.
No entiendo qué le molesta tanto.
Conmigo se va a dar la cabeza contra la pared mil veces.
Él no me va a vencer.
Aprendí a ser fuerte, lo aprendí gracias a él, aunque no le puedo dar todo el crédito, ya que mis padres hicieron lo suyo y por último la enfermedad y posterior muerte de mi tía Gabriela, terminaron por marcarme para poder defenderme en la vida.
Mi fortaleza la logré para poder defender a mi hijo y lo voy a hacer, cueste a quién le cueste.
Soy una mujer poderosa, que maneja un imperio económico sin que le tiemble el pulso y, sin embargo, en cada encuentro con Emanuel, él logra sacarme de mi zona de confort.
Hasta me hizo llorar por indignación y eso no lo puedo permitir.
¡Me robó el corpiño y escondió los bolsos!
¿No maduró?
Siento que el tiempo corre con una vorágine que no puede parar y parece que él se comporta como si en lugar de madurar, hubiese retrocedido.
El martes apareció en mi