Por Ema.
Me costó muchísimo tratar de ser indiferente con Sol, aunque creo que dio resultado.
En el auto me contuve para que mis manos no vayan a algún lugar inapropiado.
No lo iba a hacer delante de otras personas, por más que ellos fueran la seguridad personal de mi bella vecina y jamás comentarían algo y tratarían de no ver.
Sin embargo, disfruté esos besos con un deleite especial.
Al salir de la habitación de nuestro hijo, evité mirarla, porque me iba a descontrolar y quería probar si siendo indiferente, lograba algo de ella y de paso que no se imagine el viaje a Venecia como algo romántico.
Me salvo mi celular para distraerme, era el comandante para combinar los horarios, fue cuando Sol giró y parecía molesta.
Gané medio punto, pensé.
Mañana te convenzo, mañana…
Me fui rápidamente, mi plan estaba dando resultado y no sabía cuánto tiempo más iba a aguantar sin comerle la boca.
-Saliste como si te persiguiera el diablo.
-Es verdad, no me quise tentar.
-Yo seguí tu consejo, le dije