Por Solange
-Anita, estoy acá por negocios, saludando a una vieja amiga… a dos amigas que conozco desde siempre.
-No podés saludar a Solange de esa manera.
Ignorando las palabras de su “novia”, siguió hablando con nosotras.
-Me alegra saber que al menos sos fiel con tu amiguita.
- ¿Qué querés decir?
Le pregunté, indignada, si alguien no es fiel, es, precisamente, él.
-Solange… Sol, tenés novio y jugás con mi hermano.
-No sé de dónde sacaste esa tontería, tu hermano es mi mejor amigo.
-Tu mejor amiga es Morena.
-Hacés el mismo planteo que Da…
Me callé la boca, justo a tiempo.
- ¿Da? ¿Daniel? ¿Damián? ¿Hay un tercero en discordia?
-Eso no te importa.
-Es verdad, no me importa, me importa que juegues con mi hermano.
-Estás muy equivocado.
-Realmente espero equivocarme, porque si salís con mi hermano, no sería ético… ya te lo dije.
Morena lo miraba comprendiendo que él se refería abiertamente a esa noche de pasión que tuvimos.
-Hay noches que prescriben.
Le digo yo en un acto de valentía.