Por Solange
Decidí acercarme a la Dirección Nacional de Gestión Universitaria (DNGU), tenía que presentar toda la documentación para validar mi título de Abogada.
Estaba esperando que me atiendan cuando se me acercó un hombre sumamente atractivo.
No voy mirando hombres por la calle, eso está claro, pero tengo ojos.
–Hola, soy Sebastián Burmán, te ayudo en lo que quieras, si aceptás tomar un café conmigo.
-Hola, estoy esperando mi turno, gracias.
-Te pueden atender ya…
-Prefiero que lo hagan cuando corresponda.
-Tenés muchas personas por delante.
-Espero, gracias.
El hombre se alejó.
No pudo convencerme.
-Solange Oroño Maglioni.
Dijo un hombre de unos 40 años, que salió de una oficina.
Me paré rápidamente.
Cuando me acerqué, vi que detrás del hombre, estaba el chico guapo que antes me había hablado.
Se limitó a guiñar un ojo y se alejó.
¿Me llamaron por qué él lo dispuso?
Me dio la sensación de que fue así.
Pude hacer el trámite, al menos lo inicié, porque luego tenía que ir a la UBA (U