Por Solange
Al día siguiente hice toda mi actividad de rutina, pasé a buscar a mi hijo por el colegio, lo llevé hasta las oficinas del Polo industrial, allí se asombró cuando vio a los dos gerentes que vinieron de Italia, es increíble la memoria de mi hijo, aunque creo que no sea consciente de la distancia que nos una con su país de origen.
Luego fuimos a merendar, pasamos por casa, donde las mucamas se habían ocupado de empacar algunas valijas de mi hijo, no quise decirle nada a mi hijo, por si nos cruzamos con Emanuel y le cuenta que íbamos a viajar.
Me siento una ladrona furtiva, queriendo dar su gran golpe.
Al día siguiente avisaría en el colegio que viajaríamos a Italia, y ya desde allí doy de baja la vacante, pero como pensaba acompañar la baja con un gran cheque, nadie se iba a quejar.
Sólo me faltaba pasar esa tarde por el gym, para que Dante hiciera su clase como siempre y al día siguiente terminar de hacer todos los trámites.
Ya tenía el horario d salida de mi avión.
Todo est