DOUGLAS WARD
Mi teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo lo que quería decir.
—Discúlpame, voy a contestar esta llamada. —dije antes de atender la llamada de mi madre. —Hola, mamá. —dije mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios.
—Hola, hijo. Oí que tu padre fue para allá. ¿Estás bien?
—Sí. Ya sabes cómo puede ser papá... Y, ah, mamá, Aurora está aquí. —dije, mientras los ojos de Aurora se abrían de par en par y me daba cuenta de que estaba tímida por la forma en que escondía el rostro detrás de las manos. No pude evitar reír de lo linda que era.
Solo quise avisar a mi madre que ella estaba aquí para que no empezara a hablar de más.
—Mi madre te manda saludos. —le dije a ella.
—Hola, señora Ward. —dijo Aurora.
—Entonces, mamá, ¿todo bien? ¿Cómo va tu día?
—Nada mal, la verdad. Voy a salir con mis amigas por la noche. No puedo esperar a que te cases, así llevaré a tu esposa como mi acompañante. Sarah siempre trae a su nuera como acompañante, y es muy guapa. Pero Aurora lo es mucho