Capítulo 104.
Cesar levanta la mano hacia Bastián para solicitar un segundo mientras escucha lo que tiene que decir su subordinado.
— Bien, gracias Hector – Bastián arruga el entrecejo — Amelia está fuera de peligro junto a Aristides en el sótano – da un paso atrás.
— ¿En la morgue? – asiente con una sonrisa tensa su compañero — un poco lúgubre ¿no crees? – niega.
— Lo sé, pero es la única puerta blindada que hay en la clínica y que cierra por dentro, ahora vamos hacia allá para que puedas ver a Amelia – toma una bocanada de aire — ¿el antídoto? – cuestiona antes de salir.
— Aquí está – menciona con ansiedad — doy gracias a los dioses de que el tubo no se ha roto – señala Bastián.
— Es porque eres un guardián por excelencia – resopla enfadado.
— Lo que estoy es cansado de esta mierda, quiero que acabe ya – informa molesto.
— Por ahora está todo controlado, solo falta que ella despierte – asiente sin mediar palabra un Bastián esperanzado que algún día pueda ser feliz al fin.
A medida que