Epílogo
—¡Te voy a matar Arthur! ¿Cómo pudiste hacerme esto otra vez? ¡Maldito bastardo!, Todo es tu culpa — grito entre lágrimas gimiendo mientras la siguiente ola de dolor cae sobre mi cuerpo
—Amor, tu también hiciste parte de eso — intenta calmarme y toma mi mano mientras pasa su otra mano por mi cabello
—¡NUNCA MAS VOLVERÉ A QUEDAR EMBARAZADA! — le juro y veo como el doctor entra en la habitación y me ordena respirar con calma
—Ya casi llega la hora — me dice feliz
—Ay te odio Arthur — me quejo y aprieto fuertemente su mano
—Yo te amo mi amor — me dice con una sonrisa y besa mi frente
No sé cuánto tiempo pasó, ni cuánto dolor sentí, pero todo quedó en el olvido cuando un alegre llanto lleno toda la habitación
Las lágrimas se acumula