85. TERESA VIVALDI
Le preguntaba a Javier que reía divertido con ella, para sorpresa de Sofía y el señor López y sin que pudieran hacer nada, la señora Elvira desapareció con Javier en el elevador. Sofía estaba al borde del colapso nervioso cuando vio a la señora Elvira marcharse con Javier en brazos, mientras el niño reía divertido.
—¡César, haz algo! ¡No puede llevarse así a mi hijo!— exclamó Sofía desesperada.
—Tranquila, no te preocupes. Conozco a mi madre, está emocionada con la idea de tener un nieto. No le hará daño alguno— dijo el señor López intentando calmarla.
—Pero... ¡Es mi hijo! Y tu madre ni siquiera sabe que esto es una farsa— respondió Sofía al borde de las lágrimas. —¿Cómo pudiste hacer una cosa así sin preguntarme si estaba de acuerdo?
El señor López la tomó de las manos con delicadeza. Sabía que ella tenía todo los motivos para decirle aquello. Fue una locura, una cosa que se le ocurrió de pronto y sin pensarlo lo hizo.
—Sofía, lamento haberte metido en este embrollo sin consult