201. INTELIGENCIAS SUPERIORES
Todos podían escuchar que Bee estaba trabajando en su teclado a toda velocidad, lo mismo que César.
—Sí, tengo una idea. Como no estabas, tomé la atribución de seguir las pistas que dejaron los espías —respondió Airis con determinación.
—¿Espías? ¿Eran más de uno? —preguntó César, sorprendido.
—Sí, uno es de aquí de Santa Mónica y lo localicé en… —Airis mostró un mapa a César, señalando un punto específico.
—La casa de mi padre —dijo César, reconociendo el lugar. —Debí suponerlo. ¿Lograron sustraer alguna información importante? —preguntó.
—No, más bien parecía que estaban indagando en el árbol genealógico de tu familia —respondió Airis.
César reflexionó sobre la situación. No se le había escapado la mirada de entendimiento entre su padre y su mayordomo.
—Muy bien, olvida ese. ¿Y el otro espía? —preguntó César
—Ese es más complicado, y sospecho que es el responsable de mi despertar. Todavía no he logrado descifrarlo. Necesito tu ayuda —dijo Airis con una nota de urgencia en