192. AMOR VERDADERO
Mía de inmediato levantó la manga de su vestido para mostrar su pequeña herida en su brazo mientras sonreía.
—Es solo un rasguño que no molesta, casi está bien —y enseguida con una sonrisa la elogió. — Tú pareces una princesa de un cuento de hadas, al igual que el señor López.
—¿Verdad? Y mira a Javi, qué lindo —señaló a su pequeño, que también estaba vestido casi como su padre y abuelo, y correteaba con ellos en busca de un corcel—. Me da miedo que se vaya a lastimar.
—No te preocupes, se ve que el Sir y la señora Elvira saben montar —intentó tranquilizarla Mía. — ¿Tú sabes montar, Sofía?
—En mi vida he estado cerca de un caballo —respondió Sofía—. ¿Y tú?
—Yo sí sé, vivía de pequeña en el campo y a papá le gustaban mucho. Hacíamos grandes paseos —contaba Mía emocionada y expectante.
Sir Alexander y Elvira decidieron enseñar a Javier a montar en un poni. César, también se unió emocionado a la actividad.
—Mamá, tengan cuidado —decía nervioso
Elvira, sonreía al verlo arrepent