140. EL FANTASMA DEL PASADO
Sofía los seguía en todo, tomó su corbata y tiró de él haciendo que descendiera junto con sus piernas
—Quiero sentirte amor, quiero sentir toda tu extensión ahora, demuéstrame todo lo que tienes para darme, lo necesito.
César no se hizo esperar y la penetró con todas sus fuerzas sacándole alaridos sin importar que alguien los escuchara. Era como si en ese momento solo importaba complacer a su mujer, y él era un experto en eso. Siguió bombeando en lo que sus manos no se detenían acariciando allí donde sabía que ella explotaba.
Sofía lo hizo, llegó a su clímax una y otra vez siguiendo todas las posiciones que su esposo le ponía. Le encantaba cómo habían logrado olvidar todo y desarrollar su mundo de intimidad al gusto de los dos. César le enseñaba la más increíbles de las cosas, y ella siempre estaba dispuesta a aprender todo lo que aquel le proponía sin miedo ni temores. César había logrado volverla la mujer de sus sueños en ese aspecto y se esforzaba por ser el de ella.
—¿Te gus