Fenicio se encuentra en una encrucijada emocional. Por un lado, se siente conmovido por la sinceridad de Mía, y por el otro, se enfrenta a sus propias barreras emocionales y temores. Su vida ha estado marcada por el peligro y la soledad, y nunca se permitió considerar la posibilidad de una relación seria o formar una familia.

La confesión de Mía lo toma por sorpresa y lo hace cuestionar sus propias convicciones. Sabe que si decide llevarla consigo, estará asumiendo una gran responsabilidad y exponiéndola a los peligros que rodean su vida. Además, teme no ser capaz de brindarle la estabilidad y el amor que ella merece.

En medio del silencio, Fenicio reflexiona profundamente sobre sus sentimientos y las consecuencias de su decisión. Finalmente, toma una determinación.

—Mía, entiendo tus deseos y siento la sinceridad en tus palabras. Pero debes entender que mi vida está llena de peligros y no puedo asegurarte una vida estable. Además, tengo mis propios miedos e inseguridades que debo