123. UN AMOR DE VERDAD
Sofía lo miró fijamente, una mezcla de temor y determinación en sus ojos. Parecía estar sopesando si decir todo lo que había escuchado en el orfanato sobre esa familia. No quería ser ella quien rompiera la burbuja de amor que los envolvía en ese instante. Estaba decidida a empezar su vida matrimonial ese día, con todo lo que ello implicaba. No podía perder a su esposo por sus miedos, pero tampoco podía seguir guardándole secretos.
—No sé si esto es verdad, tenía miedo de que lo fuera —comenzó, su voz temblorosa—. Ese doctor decía que yo era hija de ella o de tu mamá. Ya vimos por el retrato que no, que al parecer soy hija de esa señora de la foto.
César la miró, sintiendo un sobresalto en el estómago. La idea de que ella pudiera ser su hermana le resultaba inconcebible. Sin embargo, recordó rápidamente las fotos de su madre después de su nacimiento y cómo ella no pudo tener más hijos debido a la pérdida de su útero.
—No lo eres, mamá solo me tuvo a mí —dijo él, llenando nuevamente