Mis ojos no podían dar crédito; mi padre estaba despierto. Aunque lucía fatigado y sus ojos mostraban signos de agotamiento, estaba despierto y frente a mí. Todos en la habitación lo miraron con mezcla de preocupación y curiosidad.
—Papá —murmuré, dejando que mi cuerpo se moviera por la habitació