Si su omega le decía que quería más fuerte, pues quien era él para decirle que no. Era de esperar que alguien tan exigente como Ashary no le exigiera más, incluso si era en la cama. Y él le demostraría que ya no era un cachorro al que podía simplemente
Lyon obedeció… embistiéndolo ahora sin piedad. La cama crujió debajo de ellos, bajo la intensidad del acto. Los dedos de Ashary se enterraron en la espalda del alfa dejando arañados por toda la piel que luego picarían. Podía sentir cada centímetro y vena palpitante del grueso pene del alfa abriendo las paredes de su ano, golpeando su útero hasta aflojar su interior forzando a querer meterse dentro.
El placer era abrumador. Su vientre se quemaba, su consciencia se estaba nublando, creía estar viendo hasta brillitos donde sabía que no debían estar.
-Ahhhh- maldijo dentro de él llevando su mano a su boca tensando su cabeza hacia atrás dejando su cuello al descubierto.
La lengua de Lyon no tardó en recorrer toda la extensión de la suave y h