Asha era una persona dentro del rango de lo paciente. Pero algo no estaba funcionando muy bien dentro de él. Al menos no para mantener el control por mucho tiempo. Con cada segundo que pasaba le molestaba más la sonrisa de aquella chica que miraba la espalda de Lyonhart y podía jurar que quería saltarle encima.
Acaso el alfa no se estaba dando cuenta, porque ni siquiera estaba poniendo un límite.
Las manos de él se apretaron sobre su brazo. Se estaba molestando y eso no era típico de él. Es que si tomaba en cuenta que Lyon no solía rodearse de muchas personas pues esto no era una situación de todos los días, por lo que no estaba acostumbrado a su forma de sentirse ahora.
¿Celoso? ¿Él? No, no era eso. Sin embargo, iba a tener que marcar algunos límites. Él no sería el hazmerreír de nadie.
Tomó un largo suspiro y modificó su expresión a una más calculada y fría, y se acercó al trío que aprecia muy emocionado hablando. Con cada paso escuchó cierto tipo de invitación hacia el alfa que lo