Lyon pidió el pastel que les fue dado en una vasija de barro y pudo jurar, que Ashary que fue el que lo agarró en sus manos casi babeaba. Si hasta donde él recordaba el omega apenas podía ver comida sin que le entraran arcadas, pero ahora, parecía que podía comerse la tienda entera sin problemas.
La dependiente frente a él que tomaba la moneda de plata, una mujer mayor, sonrió mirando la reacción de la persona de menor tamaño. No se le podía ver bien su rostro, pero la forma en que se movían sus dedos sobre la vasija y como se relamía los labios indicaba que estaba ansioso por comerlo. Se cubrió la boca ocultando su expresión sobre todo cuando lo vio agarrar la cuchara que venía junto al pastel y llevarse un buen bocado a la boca.
El gemido de satisfacción fue audible para todos los que lo rodeaban y hasta Lyon estaba impresionado a su lado. Es que ver a Ashary mostrándose así tan... tan ligero era completamente nuevo. Si, parecía un cachorro en ese momento, hasta lamiendo la cuchara