La escena… era absurda por donde quiera que se mirara. Lyonhart, un alfa que podía enfrentar a diez soldados y derrotarlos a todos, superara a alfas, ser más fuerte que el promedio… se había resbalado y caído de una forma torpe y nada sensual. El agua corría por todo su rostro cayendo de su cabello que se pegaba a su piel. Se quedó unos segundos, tieso, sintiendo el frescor del agua que mojaba hasta la mitad de su torso, con aquella expresión incrédula de alguien que comprendía lo ocurrido.
Chasqueando la lengua alzó por fin la cabeza enfocando al omega sentado en la roca frente a él, y al que hasta hacía pocos segundos estaba casi devorando con su boca. Incluso el calor y el sabor se mantenía en su paladar, y su miembro apenas se había aplacado a pesar del agua fría.
Ashary por su parte solo pestañeó, una, dos veces, con el agua que lo había salpicado corriendo por sus mejillas, y, a diferencia de lo que se esperaba Lyon, que conocía su carácter y seguramente lo regañaría, este soltó