Varios días después...

Ese día, Clara no se despertó con ideas felices ni el mejor de los humores. No tenía un plan secreto ni quería hacer panqueques. Solo se levantó porque así tocaba. Se vistió con su uniforme, el mismo que utilizaba todos los días y el que le gustaba mucho, pero no tanto como el de Educación Física. Así que, eligió sus zapatos del año pasado, que todavía le quedaban perfectamente, apretados, del dedo gordo del pie.

No se los iba a cambiar y si caminaba lentamente, podría disfrutar de sus zapatos favoritos. Su madre al inicio le peleaba que no se los pusiera, pero a ella le seguían gustando y los usaba mínimo, una vez cada cierto tiempo.

—¿Lista, mi amor?

Clara asintió, pero por dentro, algo no estaba listo. Algo no encajaba. Como un rompecabezas con una pieza boca abajo.

Hoy no era un mal día, solo que la noche anterior, la pequeña se había quedado dormida más tarde y su humor llegaría... cuando estuviera listo.

Los niños no eran felices todos los días y eso, est