El solo que unió corazones, un tiempo atrás.
El auditorio del colegio estaba impregnado de una luz dorada que parecía acariciar suavemente cada rincón. Padres, maestros y alumnos estaban sentados en silencio, esperando el momento. El escenario mostraba un piano de cola negro, brillante bajo el foco cálido, y una silla vacía, lista para Estrella.
Cynthia apretó con ternura la mano de Mathias mientras ambos se sentaban juntos en la fila central. En sus ojos había orgullo y algo tan puro como el amor. La certeza de que ese momento era mucho más que un simple solo de piano.
Era el recuerdo de un pasado y el inicio de una historia que llegó para arrazar con todo a su paso y darles un cambio.
—¿Recuerdas la primera vez que vi a Estrella tocar? —susurró Mathias, con la voz dulce y llena de memoria.
Cynthia asintió, sus ojos se posaron en él, con respeto y cariño.
—Fue en ese gran escenario con la escuela de música. Cuando apenas tenía trece años —dijo ella.
—Tú estabas tan nerviosa, como cu