58. Ravel… Ravel ¿Dónde estás?

— Te amo…— aseguró Audrey pasando los brazos alrededor de su cuello para mantenerlo así, observando como la besaba, como sus miradas se encontraban en cada nueva embestida que recibía y que solo hacían que deseara más de él—. Bleid… más…

Exigió arqueándose bajo su cuerpo y a la vez buscándolo, necesitando el contacto con su piel en cada nuevo movimiento que hacía que él se clavara más en su interior, que él la volviera un poco más loca por su cuerpo, por esa necesidad de sentirlo de la que fue consciente desde el primer instante en que estuvieron juntos.

En ese punto, Bleid era consciente de que jamás había estado tan feliz de ser prisionero de un miembro de la familia Vangelis cómo en ese momento.

Porque eso era un maldito condenado, cuya única condena, era la de satisfacer los deseos de la mujer que se encontraba bajo su cuerpo y no se quejaba, ni sé quejaría nunca, ya que no existía poder alguno que lo obligara a no hacerlo.

Sobre todo si escuchaba de esos labios hinchados por los
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo