Su cumpleaños me pilló de sopetón, despierta en su cama, desnuda, y con los regalos en el apartamento. << Mierda >> Intenté escaparme un momento, sería rápido, ir y volver, pero Dante me sujetó con más fuerza.
—¿A dónde crees que vas?
—Tengo que salir un momento, volveré pronto.
—No tienes que salir a ninguna parte. Es mi cumpleaños, hoy eres para mi.
Hundió la cabeza en mi cuello, entre mi pelo, y me besó. Me puso la piel de gallina y me arrimó más a él. Como pude giré entre sus brazos para mirarlo, mantuvo los ojos abiertos y sonreí echándome contra él. Se tumbó de espaldas y me arrastró con él. Le alcancé los labios para fundirnos en un beso
—Felicidades —murmuré contra sus labios.
Me apretó el culo con fuerza, elevándome sobre su cuerpo desnudo para volver a girarnos y ponerse encima de mi. Su desnudez me rozó por completo y levanté la pierna por su costado, empujándolo más cerca. Sólo tuvo que hacer un movimiento ligero para restregarme su erección matutina por la entrepierna.
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