Donkan, que había estado dando vueltas alrededor de la sala con una velocidad impresionante, se detuvo en seco y miró a Ethan con ojos muy abiertos. La expresión en su rostro era una mezcla de sorpresa y emoción, como si acabara de descubrir un secreto muy importante.
—¡¿Un disfraz?! Necesito un disfraz —exclamó, con su tono de voz completamente asombrado. Sus palabras fueron como un grito de entusiasmo, llenas de incredulidad.
Como si la idea de disfrazarse nunca hubiera cruzado su mente, y ahora, de repente, fuera la clave para hacer que todo se volviera aún más emocionante. Su rostro se iluminó aún más, y, en un segundo, los dos niños parecían completamente decididos a hacer que todo fuera mucho más complicado de lo que originalmente había sido. La propuesta de un disfraz no solo parecía viable, sino también absolutamente necesaria. Y lo que empezó como una idea sencilla, ahora se transformaba en una gran aventura.
Ava, que no había dejado de observarlos, se echó a reír por lo ba