Me paré de la banca y me despedí de mis amigos meneando la mano, ellos me sonrieron cómplices y salimos de la cafetería con todos los ojos puestos en nosotros, incluso David y Tayler lo hacían. Tomados de las manos, caminamos hasta uno de los salones abandonados en el edificio superior, no sabía como Jackson había conseguido la llave, pero tampoco le pregunté. Apenas entramos yo me lancé sobre él y empecé a besarlo con deseo. Me encantaba tanto, cada parte de él lo hacía, y cada parte de mi cuerpo lo deseaba. Nunca había sentido nada igual, Jackson era todo para mí, era tan dulce y a la vez tan rudo que me enloquecía por completo, no solo en la cama sino en todas las formas posibles.
Me trataba como jamás nadie me trató y eso realmente me gustaba, cada palabra que salía de su boca solo era para decirme cosas dulces y muy cursis, alentadoras, me encantaba por completo y más que eso estaba locamente enamorada de él. Jackson siguió el beso, pero se separó con esfuerzo de mí, lo miré extr