Capítulo Catorce: Su Madre.

Punto de vista de Liana

Me senté en silencio en la sala, con la mirada perdida en cada rincón. Todo en este lugar parecía irreal: los techos altos, la lámpara de araña brillante, la alfombra gruesa que probablemente costaba más que todo mi armario.

¿Cómo podía Adrian vivir aquí?

Mi mente se repetía una y otra vez.

Se suponía que era el guardaespaldas de mi padre, un hombre tranquilo que se quedaba en las puertas y cumplía órdenes. ¿Cómo podía alguien con una casa tan grande, con criadas uniformadas y guardias armados fuera, ser un guardaespaldas?

Quizás siempre estuvo fingiendo.

Quizás había venido a nuestra casa por alguna razón.

Volví a mirar a los guardias a través de la ventana. Cada vez que Adrian pasaba junto a ellos, hacían una ligera reverencia. Incluso el conductor que nos había traído antes le había abierto la puerta como si fuera un miembro de la realeza.

"¿Quién eres realmente, Adrian?", susurré en voz baja. La idea me inquietó. ¿Y si había est