Capítulo Cinco: El Matrimonio ConcertadoEl vago de AdrianObservé desde un rincón de la sala, en silencio, inmóvil. Liana estaba en el regazo de su padre, riendo, juguetona, como si nada en el mundo pudiera tocarla. Mi pecho debería haberse relajado. Por fin, la sacarían de mi camino. Por fin, la sacarían de esta casa.Pero entonces su padre habló."Hija mía", dijo DeLuca con suavidad, con una voz que denotaba orgullo y autoridad, "¿sabes quién es el director ejecutivo más atractivo del país ahora mismo?"Liana se tensó un poco. Sus dedos se apretaron en su brazo. Me miró, como esperando mi respuesta. Pero permanecí en silencio, observando."He oído hablar de Leo. ¿Es Leo?", preguntó en voz baja."Sí", dijo su padre con una sonrisa pícara y cruel en los labios. Y adivina qué, Liana, lo tienes para ti sola, yo te he arreglado un matrimonio. Con él.Me quedé paralizada, cada músculo tenso. El alivio debería haber llegado primero. Ella se iría, se iría, libre de mi presencia, para poder
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