En la oscuridad, la atmósfera se solidificó instantáneamente. Cuando olió el leve aroma, que le resultaba familiar y desconocido, mezclado con un poco de alcohol, supo que era Juan, pero no esperaba que apareciera allí. Pensó: «¿Tal vez quiere ajustar cuentas por lo que pasó durante el día?» Ella reprimió la amargura en su corazón y se separó de él con indiferencia.De repente, una luz cálida iluminó toda la habitación. Juan se puso de pie, con una figura alta y erguida frente a ella, con expresión indiferente y ojos fríos, diciendo: —¿No has tenido suficientes problemas?Sus palabras indicaron que creía que su reacción era irracional. Lorena bajó la cabeza, ocultando su amargura, y dijo con una sonrisa irónica: —Divorciémonos, en serio. Él la miró con un par de ojos fríos, oscuros y profundos. Aparentemente reprimiendo su ira, dijo: —Creo que estás realmente loca, ¿tienes miedo de que este niño afecte tu estado, entonces vienes aquí para llamar mi atención? Al ver el rostro pálid
Elena hizo una pausa y dijo: —Me parece bien, si puedes aguantar esto, te despreciaré. Al decirlo, fue a ayudarla a arreglar sus cosas con habilidad y diligencia.Luego se hizo el silencio un rato.Elena volvió la cabeza, la consoló con un abrazo y dijo: —Está bien que hayas vuelto, en el futuro deja de enamorarte del hombre ingrato.Al escuchar estas palabras, se la pusieron los ojos rojos a Lorena de repente.Antes cegada por el amor, había perdido demasiado tiempo en él. Recordando este pasado, respiró profundamente y se dirigió a Elena y sí misma reprimiendo todas sus emociones: —No lo haré.Al día siguiente, el cielo estaba un poco nublado y hacía calor sofocante.Lorena abandonó el estilo de vestir discreto y decente como la “señora López” y llevaba un vestido verde de tirantes que no se había puesto en tres años, que resaltaba su piel blanca como la nieve y la hacía bella y encantadora.Después de que se arregló, Elena la llevó a directamente a la Oficina de Asuntos Civiles. El
Susana se entregó la caja de regalo a Lorena y le dijo:—Señorita Suárez, ¿sigue enfadada por lo que pasó ayer? Lo siento mucho, me enteré de que ayer era su tercer aniversario de matrimonio, pero por desgracia Juan se ha ocupado conmigo y con el bebé y se olvidó de este día.Este es el regalo que hemos elegido juntos para ti, espero que te guste.Al terminar decirlo, se la acercó y le susurró en voz baja:—Por cierto, ¡yo también tengo el mismo collar!Luego observó la expresión de Lorena con la mirada provocativa e irónica.Después de escuchar sus palabras, Lorena ya entendió que Juan y su amante le había preparado el mismo collar que el suyo, lo cual le sonaba muy ridículo. Lorena no sabía cómo describir su estado de ánimo, pero de veras le dio náusea como si hubiera pisado la mierda.Ella miró a Susana con frialdad. De repente, levantó bruscamente la mano, tiró el objeto que tenía en la mano y habló:—Deja de ser hipócrita.Susana mudó de color, le dijo mirándola con un aspecto las
Desde ayer, Lorena parecía otra persona desconocida.Ella rio fríamente. Frente a la mirada furiosa de Juan, sacó la carta de dimisión y el acuerdo de divorcio que había preparado hacía tiempo y se los arrojó ferozmente a su cara.—Juan, deja de ser desvergonzado, antes controlaste la opinión pública y pagaste a la gente para que me calumniaran, ¿de verdad crees que lo he olvidado todo? No dejes que te menosprecie, me da demasiado asco pasar un día más con un tipo como tú.Al decir eso, con una sonrisa irónica dio un paso adelante y se lo acercó. Ante su vista aguda, no sentía el menor temor. De repente le tiró del escote a Juan y lo arrastró ferozmente en su dirección. Su apuesto rostro se la acercó de pronto, pero lo amenazó con una voz extremadamente fría:—Señor Juan, conoces mi capacidad de trabajo, si no quieres que te salga mal parado, firma el divorcio y nos separamos en paz. De lo contrario, si presento la acusación por el divorcio y todo el mundo sabrá del escándalo del Grupo
Juan Estaba furioso hasta la médula porque la conocía muy bien. Además, todavía era su primera vez que ella tuvo sexo con él.En este momento en la oficina reinaba un silencio.El director de relaciones públicas dijo secando el sudor: —Fue alguien que envió anónimamente el mensaje de la señora Suárez, y la señorita Fernández también dijo que protegería al señorito a toda costa...Se lo confesó todo porque percibió que el estado de ánimo de Juan estaba alterado y no se atrevió a ocultar nada.Los ojos de Juan se volvieron sombríos al instante. Dijo con un aspecto indiferente y desagradable:—Vuelve y arregla tus cosas, te despediré.Al oír eso, el director le pidió amargamente clemencia, pero en vano, y finalmente fue sacado a rastras por los guardias de seguridad.Esta vez, Juan atribuyó a todo eso a su descuidado. Sintió las extrañas emociones por Lorena aún más y no pudo eliminarlas de su mente.Durante varios días consecutivos, Lorena no recibió la llamada de ninguna persona del Gru
Lorena rio fríamente, no pudo soportar más y dijo:—Él mismo se tropezó conmigo, yo ni siquiera lo toqué. La cámara de vigilancia es algo bueno, por favor, ten un poco de sentido común, ve a revisarla antes de calumniarme.Al oírlo, su aspecto se puso rígido y su llanto se detuvo. Parecía que había olvidado que simplemente con el video de vigilancia, las acusaciones en su contra podían ser anuladas en cualquier momento.Entonces quería decir algo para justificarse, pero en este momento vio a Lorena darse la vuelta con su bolso y marcharse.Al verlo, Juan frunció sus cejas, se apresuró a entregar el niño a Susana y le dijo:—Espérame aquí.Apenas lo dijo, se apresuró a perseguirle a Lorena. Ello era incapaz de distinguir qué emociones lo motivaron a hacer eso. Recientemente, sólo notaba la anomalía de Lorena y los cambios subconscientes en su corazón, todo lo que le inquietaban un poco. Cuando la persiguió, Lorena estaba esperando el coche fuera. Con la expresión complicada se puso de p
Por la noche, Elena la llevó al club a divertirse con sus amigas. Lorena no negó la invitación. Ellos hablaron y rieron como si se hubiera remontado a los días sin preocupación de antes de casarse. En el intervalo, fue al baño. Inesperadamente, se encontró con Susana. Lorena desvió la mirada, cogió lápiz de labios de su bolso para arreglarse el maquillaje y fingió no reconocerla.Sin embargo, cuando Susana vio a Lorena brillante y seductora, y sentía mucha envidia inconscientemente, así que le dijo:—Señorita Suárez, no esperaba que fuera tan juguetona, acompaño a Juan a socializar, ¿quieres saludarlo?Parece que ellos los dos ya vivían juntos. Lorena notó su ostentación y tiró impasible las comisuras de la boca. Mirando el rostro afectado de Susana desde el espejo, dijo con su voz fría:—Si realmente tiene capacidad, haz que Juan se divorcie de mí, si no, no vengas a meterte conmigo, ten cuidado que te daré una bofetada.Lorena la amenazó sin menor cortesía y le lanzó una mirada fría
La gente del club salió corriendo y causó un embotellamiento.La ambulancia llegó rápidamente. Después de que Elena entregó Lorena al médico, se alzó, corrió hacia el coche, cogió el ladrillo que tenía al lado y lo lanzó sin piedad contra el cristal del coche de Susana.Y Susana, como si también estuviera aterrorizada y asustada, se estremeció.Cuando la ventanilla de coche se bajó, Elena abrió directamente la puerta del coche desde dentro, tiró del pelo a Susana y la arrastró fuera del coche, le dio una patada, seguida de una bofetada en la cara.—Pum... —el sonido de la bofetada fue claro y fuerte, estremecedor.Elena la tiró del pelo, apretando los dientes, le dijo con furia:—¿Sabes quién es? ¿Cómo te atreves a hacerle daño?Susana dejó de pensar más, mostró un aspecto pálido y la apartó violentamente a Elena, se abalanzó sobre Juan, que se la acercaba. Su cuerpo tembló en sus brazos, dijo llorando de terror:—No lo hice a propósito, Juan, estaba demasiado oscuro, no vi a nadie all